Cataluña se lleva más dinero de las arcas del Estado. Solo dos cosas que objetar. Por un lado que las reglas del juego se han cambiado para favorecer a Cataluña y eso irá indiscutiblemente en detrimento de las otras Comunidades sin que haya un motivo justo aparente que fundamente ese desequilibrio. Por otro lado esto es la constatación de que los socialistas –con Zapatero a la cabeza- han decidido que su campaña electoral la paguemos todos los españoles, porque no nos debemos olvidar que las actuaciones que el gobierno de ZP está llevando a cabo en estas últimas semanas, tirando de los Presupuestos Generales del Estado, son actuaciones electoralistas al cien por cien. Me alegro por los catalanes –por los que son mis amigos y por los que no lo son- aunque de los últimos acontecimientos en torno a sus infraestructuras, deberían haber aprendido algo sobre la incapacidad en la gestión de las mismas que han demostrado Montilla y compañía. De todas formas, así no vamos nada bien. He tenido la oportunidad de escuchar a Rubalcaba en su comparecencia ante la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. Hablaba –y bendecía- el carnet por puntos y lo hacía manejando una serie de datos, alguno de los cuales ha utilizado con absoluta manipulación delante de sus señorías. Sobre los controles de alcoholemia decía: en el ultimo año hemos pasado de un 4’3% de positivos a un 2’3% y como además hemos duplicado el número de controles, la reducción en el número de conductores que han dado positivo ha sido mucho mayor ¿¿?? O sea que el 4% de un número es mucho mayor que el 2% del doble de ese número. Me ha parecido tan burdo, tan zafio, tan tosco, que he dejado de escuchar la comparecencia, por lo que ignoro –espero que sí lo hayan hecho- si los diputados presentes le habrán pedido un poco de respeto al Ministro, para ellos y para lo que representan.
Aunque visto lo visto, no sé si algunos tienen claro a quienes representan. Sin ir más lejos no entiendo por qué el Ministro de Justicia aún no ha dimitido después de haber justificado el incumplimiento de la ley sobre la presencia de la bandera de España en las fachadas de los organismos oficiales. Sería bueno –bueno, lo mejor sería que se fuese a su casa- que nos diese un listado de las leyes que él considera que se tienen que cumplir y las que no, más que nada para que todos podamos jugar al mismo juego.
¡Cuánto tienen que aprender algunos de nuestra selección de baloncesto –a mí también me gusta más baloncesto que basket- en la transmisión de valores! ¿Os imagináis amigos blogueros a los chicos de Pepu pasando de entrenamientos, o haciendo oídos sordos a las órdenes del entrenador, o robándole la cartera a los otros equipos en los vestuarios, o robándosela entre ellos? ¿Os los imagináis dando cortes de mangas al árbitro o al público? Ya se, ya se, solo imaginar actitudes de ese tipo nos hacen pensar en la imposible existencia de una selección que nos representase. Pues ya me diréis que es lo que hace la “selección de ZP” con actitudes como la del Ministro con las banderas, el Ministro con los datos de tráfico, el Ministro con los cuartos entregados a Cataluña, etc., etc., etc.
Ahora, eso sí, España gasta tres veces menos que Europa en investigar el cáncer, nuestros estudiantes de bachillerato pueden pasar al siguiente curso con cuatro asignaturas suspensas y soltamos al responsable de 40 violaciones tras cumplir 16 de los 311 años a los que fue condenado a pesar de que los expertos manifiestan que tiene un riesgo de reincidencia muy alto.
Menos mal que aún me quedan mis meigas que, tras el pasajero disgusto de la plata en el Eurobasket, me recuerdan la importancia del saber crecer en la derrota y de la disciplina para aprender a afrontar los momentos delicados que la vida nos va poniendo delante. Como dice Moura, para las meigas volar es muy fácil porque durante años -¿acaso siglos?- se han ejercitado con disciplina y constancia. No hay –me recuerda con frecuencia- meiga que vuele mal, para pasar de una técnica de vuelo a otra superior, teníamos que aprobar primero. Existimos –añade- y sobrevivimos a los tiempos porque cumplimos estrictamente con las normas.
Curioso este país nuestro en el que parece que para ser ministro hay que saber saltarse las normas.
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