miércoles, 29 de julio de 2009

Urbanita demodé

avutarda Ni todo puede ser bueno, ni todo puede ser malo. Es cierto que Aranjuez, mi maravillosa ciudad, tiene en el alcalde Dionisio el peor alcalde que la memoria nos alcanza a recordar. A su ineficacia demostrada suele sumar una dejadez –vaguería sería el término que mejor lo definiese- y una falta de interés por los problemas que afectan al común de los ciudadanos, que nos llevan a sospechar a muchos por el interés que en realidad alberga a la hora de mantenerse en el sillón de la alcaldía. Sin embargo, pese a su presencia, no todo lo que ocurre en Aranjuez es malo.

La noticia del acuerdo entre trabajadores y empresa en FYSE -una de las industrias más importantes y de mayor solera de Aranjuez- con la consiguiente demostración de capacidad de sacrificio y responsabilidad por parte de la plantilla, es sin ningún género de dudas la mejor noticia de los últimos meses. Han intervenido –como era su obligación, aunque otras veces prefieren mirar hacia otro lado- los sindicatos en el proceso, pero sin la voluntad de la plantilla nada hubiera sido posible. Mi felicitación por tanto para todos por este acuerdo que nos permite respirar un poco más tranquilos, cuando el sofocante calor y la inicialmente negada crisis nos asfixian sin concesión de ningún tipo.

Por fin, siete años después de que la Confederación Hidrográfica del Tajo aprobase un proyecto para la recuperación del rio Tajo y sus márgenes a su paso por Aranjuez, con un presupuesto superior a los seis millones de euros –entonces gobernaba el PP en las tres administraciones relacionadas con Aranjuez y el Tajo- esa entidad se pone manos a la obra en la recuperación del Puente de la Reina. Una obra necesaria tanto para el adecuado mantenimiento de un puente protegido por su valor arquitectónico e histórico, como para la seguridad de los numerosos peatones y vehículos que por allí pasan a diario. Nunca es tarde si la dicha es buena.

Es verdad que el influjo de la presencia de tan perezoso alcalde se deja notar muy a pesar de los esfuerzos colectivos por mejorar nuestra ciudad. Empeñado como está –algún día sabremos los verdaderos motivos de tal empecinamiento- en cargarse la calle del Rey convirtiéndola en una especie de autovía intraurbana que atravesará el Casco Histórico de Aranjuez de sur a norte, parece que está consiguiendo soslayar la oposición de la Comunidad de Madrid y seguirá adelante con su aberrante proyecto.

Dinero tirado. El Casco Histórico de Aranjuez no podrá soportar semejante herida y el próximo alcalde de nuestra extraordinaria ciudad tendrá que acometer las obras necesarias para devolver el status adecuado a la calle del Rey. Cuando en la primera ciudad de España, su capital Madrid, se han quitado los famosos “excalectris” construidos varias décadas antes para dar solución a los problemas de tráfico, cuando en pleno siglo XXI se aboga por la disminución de tráfico por el centro de las ciudades, cuando las obras se realizan en las ciudades para aclarar el aire y sosegar el espíritu, hete aquí que el alcalde que no hace nada, el alcalde Dionisio, se mete –al uso de los urbanitas más radicales- en una obra contraria al interés ciudadano y a la razón.

Es verdad que no podíamos esperar cosa distinta de quien cuando ejercía como concejal quiso construir un campo de tiro en medio de las avutardas. La obra de la calle del Rey –al igual que las avutardas- parece que tendrá un vuelo corto y pesado.

jueves, 16 de julio de 2009

La línea roja

hospital Convertir en un espectáculo mediático el doloroso fallecimiento de un bebé, el niño Rayan, es el peor consejo que le pueden estar dando al padre del niño. Un padre afligido ya por el reciente fallecimiento de su joven mujer a causa de la Gripe A, de cuyas entrañas consiguieron arrancarle a la muerte mediante una cesárea a Rayan con 28 semanas de vida los médicos y enfermeras del hospital al que algunos quieren vapulear ahora, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.

Debe ser horrible perder un hijo. Quienes entienden de esto creen que el padre de Rayan debería estar siendo asistido ya por profesionales que le ayudasen a encauzar el dolor con el que le tocará vivir el resto de su vida. Sería bueno que así lo hiciesen por el padre y por todos nosotros. Por él para ayudarle en el sufrimiento desgarrador y por nosotros para evitarnos el espectáculo que estamos empezando a vivir.

Un espectáculo que empieza por el avión militar que el rey de Marruecos –gran amigo de Zapatero- enviará este jueves para llevarse el cadáver de Rayan a ¿su país? Rayan nació entre nosotros, en Madrid, en un hospital madrileño en el que cientos de profesionales sanitarios altamente cualificados –quien no haya cometido un error en su vida que levite por encima de nuestras cabezas- luchan a diario contra la enfermedad y la muerte para hacernos la vida y su pérdida más llevaderas. Rayan es uno de los nuestros y sin embargo un avión militar marroquí se lleva su cadáver fuera de nuestro país. ¡Qué raro se me hace comparar esta iniciativa del amigo de Zapatero con su inactividad ante quienes llegan –vivos o muertos- en pateras a nuestras costas! No recuerdo –ya sé que la memoria no es infalible- a ningún avión militar marroquí viniendo a recoger los cadáveres de los ciudadanos de aquel país –súbditos se acomoda más a su condición- que han llegado muertos en pateras hasta nosotros.

Terrible error el de la enfermera que administró la alimentación por vía equivocada, pero terrible error también el que pueden cometer quienes pretendan azuzar al padre con intereses inconfesables en el ámbito de la política o de la venganza profesional. Todo mi apoyo al padre de Rayan para que supere de la mejor manera posible el trágico balance que su joven vida le ofrece hasta este momento, pero toda mi exigencia para que su entorno le permita el apoyo profesional inmediato que le impida cruzar la línea roja, la línea que lleva a hacer acusaciones con palabras gruesas, injustas, irreconducibles.

Descansen en paz Rayan y su madre, y que el Dios en el que creen los acoja en su seno.

lunes, 13 de julio de 2009

La carne del jamón

jamon Es cierto que Paco Camps dijo que había pagado los trajes. Me imagino que se refería a todos los trajes que tiene, pero eso no lleva implícito que esté reconociendo la existencia de los supuestos trajes por los que lo quieren sentar en el banquillo. Eso es una cosa bien distinta que no nos puede llevar a la alegre conclusión de que Camps ha mentido. Si los trajes existen, están en su poder y no los ha pagado, habrá mentido y por la mentira y por lo que el Código Penal recoja sobre la aceptación de regalos por parte de las autoridades habrá de ser justamente condenado. Pero hasta entonces no puede ser condenado por ningún opinador –hacía tiempo que no le regalaba ningún palabro nuevo a la RAE- por ningún vocero, por ningún ingenuo.

Las anchoas de Zp, los trapitos de la ViceVogue, las dádivas de Chaves..., han de ser analizadas por la fiscalía ahora, cuando ya sabemos de su existencia, para que se actúe en consecuencia y de acuerdo con lo que estipule la ley. Dejarlo para más tarde sería un acto de sumisión, sectarismo y opacidad totalmente ajenos a los derechos y los intereses de los ciudadanos españoles.

Si Camps ha mentido me sentiré profundamente defraudado. Esto sin embargo es algo que tengo ampliamente superado con Zapatero. Zp miente más que habla, es incapaz de contarnos dos verdades seguidas y por lo tanto nunca me defrauda. Lo más que consigue con cada nueva mentira es recordarme a los millones de compatriotas que han creído en él, que le han otorgado el amplio margen de confianza que encierra en sí mismo cada uno de los votos depositados en una urna. Esos sí estarán defraudados y desesperados.

Con tanto traje y tanta anchoa, se nos va pasando de rondón la carne del jamón. La central nuclear de Garoña tiene ya fecha de caducidad y los empleos que mantiene también. Zapatero y compañía han decidido que es mejor -¿qué extraño criterio moverá a este individuo a la hora de tomar semejantes decisiones?- pagarle favores al gobierno francés comprando su energía nuclear y sus correspondientes residuos radiactivos que reposan –al igual que los de la condenada Garoña- entre nosotros.

Con tanto traje y tanta anchoa, entre la ViceBrotes y el Honorable cordobés han decidido que Cataluña –para eso no son los Països Catalans ¿verdad?- se lleva 3.850 millones de euros de una tarta de 11.000 a repartir entre 17. ¡Qué cuentas más raras! Por más que pongo la calculadora del derecho o del revés no me salen. Será porque en mi calculadora solo se pueden escribir números, operar con cifras. A lo mejor si pudiese introducir palabras o conceptos antidemocráticos sí saldrían esas cuentas.

Seguramente si pudiese escribir “contribución al mantenimiento de Montilla en el cargo por el apoyo de ERC”, en la calculadora se reflejaría automáticamente una suculenta cifra mil millonaria. Quizá si pudiese escribir “compra de apoyos para los Presupuestos Generales del Estado”, saltaría otra sustanciosa cagada de millones. Si el concepto fuese “contribución al pago de los gastos efectuados por Carod Rovira en sus excursiones patrióticas a través de las 23 tarjetas de crédito que maneja con cargo a las costillas de los españoles”, pues otro montón de euros a la buchona financiación catalana.

Tanto traje y anchoa mientras Zapatero y su gobierno generan más crisis económica y más paro y nos sumen definitivamente en una España en la que los ciudadanos seremos desiguales a la hora de acceder a los servicios básicos. Pero a ellos les da igual. Lo que les interesa es comerse las anchoas y vendernos los trajes.

viernes, 10 de julio de 2009

El hedor

traje vicevogue Lo de los trajes de Camps ya huele. No porque Paco Camps no se duche, ni porque no haga el adecuado uso de la tintorería. Huele porque quienes están empeñados en hundir su trayectoria política –presidida por la eficacia y la honradez- tendrían que andar cabizbajos escondiéndose por las oscuras esquinas de sus miserias para ocultar y penar lo que es público y notorio para todos los españoles excepto la fiscalía y sus miembros, y en vez de eso están repartiendo su hedor a lo largo y ancho del país.

Con cuatro trajes –cuya existencia tendría que ser demostrada antes de seguir hablando del tema- espeluznantes abusos como los realizados por Chaves con dinero público para beneficiar a su hija y a unos cuantos familiares más, pasan al más indignante de los olvidos mediáticos y ciudadanos. ¿Acaso los fiscales no leen la prensa- al igual que lo hacía Felipe González- para enterarse de los delitos que se cometen en este país?

Lo dijo ayer Esteban González Pons y lleva toda la razón del mundo. ¿Por qué los fiscales no meten mano al bravucón ex ministro de Justicia, el rojo Bermejo, por el notorio regalo recibido con la invitación a una cacería de muflones alados cuantificado en 6.000 euros?

Lo de las anchoas del cántabro a Zapatero debería pegarles los fiscales al cogote, pero no es que no haya lo que tiene que haber, sino que tienen lo que se tiene que tener. Una jeta desproporcionada.

¿En dónde tiene la ViceVogue las facturas de los “trapitos” con los que nos agrede las retinas a diario? ¿Qué no son suyos? ¿Que se los prestan? ¿Qué diseñadores, qué empresarios, qué firmas? ¿A cambio de qué favores? Si hay algo que no pueden ocultar es la ingente cantidad de ropa exhibida por la ViceVogue en los últimos cinco años. Ropa, trapitos de nada, que superan con mucho el precio de los trajes que puedan usar Camps, Zapatero y Zerolo juntos.

¿Los ha comprado –venga, que enseñe las facturas- los ha alquilado –ya tardan en verse esas facturas- se los han regalado o se los han dejado?

Podríamos continuar analizando la procedencia de los trapitos que “las miembras” de la cuota del gobierno lucen en sus diarias apariciones públicas para llegar a cuestionarnos lo mismo, pero para qué vamos a perder el tiempo con un gobierno que tiene el descaro de negociar la financiación de las autonomías de nuestro país, teniendo como único interlocutor al cordobés que preside Cataluña.

Por cierto amigos blogueros, hablando de dinero, joder lo caro que sale que Obama se interese por tu familia. A Zapatero en Aquila que Obama le dijese “¿Qué tal están tu mujer y tus hijas?” le ha costado 1.000 millones de euros. Eso sí, al igual que la compra del apoyo catalán, lo pagamos nosotros.

miércoles, 8 de julio de 2009

Las anchoas

anchoas Lo pintemos como lo pintemos, es imposible negar que los EEUU tienen un algo que lo hace especial. Podrán gustar o no, pero en este mundo de las comunicaciones en el que vivimos, ellos son los mejores.

El funeral/espectáculo celebrado en la tarde -española- de ayer fue una buena muestra de ello. Lo que aquí hubiésemos considerado una excentricidad fuera de lugar y tiempo, lo contemplamos allí a través de la televisión como algo espectacular, adecuado e incluso emocionante.

De las muchas cosas que ocurrieron en el funeral de Michael Jackson ayer, me llamaron la atención de manera especial dos. Es curioso que tras su muerte volviera a ser negro. Su raza, su color de piel –antes de la locura albina que torció irremediablemente su vida- volvieron a sus orígenes a través de los encendidos discursos de quienes a lo largo de la ceremonia quisieron poner de manifiesto su enorme contribución al avance de los derechos de los afroamericanos en EEUU. Alguno -¡ojo como pastorean allí los pastores!- llegó incluso a adjudicarle el mérito de la llegada de Obama a la Casa Blanca. Todos, como si de una consigna se tratase, obviaron el inútil y absurdo intento por cambiar el color de su piel y los rasgos de su cara. Todos, como si quisiesen reconciliarlo con su origen, volvieron a hablar del genio de raza negra que hizo del entretenimiento y la música un nuevo arte.

Me llamó también la atención el recuerdo hecho por una Congresista por California de un derecho que aquí en España olvidamos reiteradamente. El reconocimiento de la inocencia en tanto no se demuestre la culpabilidad. Aquí y ahora lo deberíamos tener todos, incluso Bárcenas y Camps.

Cuando se reconoce haber regalado las anchoas y haberlas recibido, el asunto cambia, si es que somos tan mezquinos como para creer en los favores a cambio de anchoas o de trajes. ¡Un poco de sentido común y formalidad, por favor!