La suerte

¡Jo macho, qué suerte! A Chaves le van a dar otro porrón de miles de millones de euros, igual que a Montilla.

¿Suerte? –parece que estoy viendo el anuncio ese de un alimento que ayuda a combatir el colesterol- nada de suerte, lo que le ocurre a Chaves es que es amigo de Zapatero, engaña tanto o más que Zapatero, es de los suyos, de los chanchulleros, de los que prometen habitaciones en los hospitales con una sola cama y no lo cumplen, de los que prometen pagas a las amas de casa y se olvidan al día siguiente de las elecciones, de los que dan el PER.

Estos días noto a Moura un pelín calentita. Y mira que a ella al fin y al cabo esto ni le va ni le viene, pero hoy se me quejaba de la falta de magia de este país. Lanzados a tumba abierta en el loable empeño de Esperanza Aguirre por conseguir que –al menos los niños madrileños- dominen perfectamente dos idiomas, nos encontramos con que Paco Camps –un espléndido presidente para la Comunidad Valenciana que no sé por qué se entretiene en meterse en estos andurriales que no le aportan nada ni política ni intelectualmente- dice que la asignatura Educación para la Ciudadanía en Valencia se impartiría en inglés, es decir Education for the Citizenship y a continuación –no podía ser de otra forma- ha salido el soplagaitas de turno diciendo que también se imparta en inglés la Religión.

Tengo para mi que la apuesta de Esperanza Aguirre por el bilingüismo forma parte de las importantes actuaciones llevadas a cabo por nuestra Presidenta para poner a Madrid –ciudad y comunidad- en la vanguardia de la modernidad y el desarrollo internacionales y, no se merece, que su propuesta sea utilizada como arma arrojadiza en torno a la conveniencia o inconveniencia de la enseñanza a nuestros niños –conejillos de indias en materia de planes educativos- de esa mamarrachada de obligado estudio a la que han venido a denominar Ausbildung für die Staatsangehörigkeit.

Los progres de medio pelo que se llevan las manos a la cabeza cuando un periódico de Dinamarca publica unas caricaturas sobre Mahoma, son los mismos que permiten que con dinero público se ofenda gravemente a los católicos, subvencionando una exposición en la que –una vez más- Jesús y Juan Pablo II son utilizados como protagonistas de escenas pornográficas para las que el autor o autores bien podían haber utilizado a sus respectivas mamás. Estos son los mismos progres que pretenden que nuestros niños formen sus valores ciudadanos y humanos a través de L’Education pour la citoyenneté.

Son también –y no debemos despistarnos en esto- los mismos que buscan la Alianza de Civilizaciones mientras el número dos de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, llama a sus inocentes seguidores a limpiar –no sé si nos está llamando guarros o si quiere que nos asesinen- a los hijos de España del Magreb. Ahora empiezo a entender ese empeño insistente de los nacionalistas vocingleros y quemaretratos en decir que no son españoles. Huyen por cobardía, son unos cagaos. Renuncian a su condición de españoles –pues que renuncien también al territorio y nuestro dinero- para que los amigos de las matanzas a golpe de cimitarra no los tengan en su punto de mira. Vamos, igual que lo de Carod con ETA.

En Aranjuez, el Alcalde Dionisio empieza a moverse -¿acaso alguien lo dudaba?- al más puro estilo chavista –de Chaves, no de Chávez- en el incumplimiento de los compromisos adquiridos en campaña electoral. Algunos escolares se han quedado compuestos y sin novio en la parada del autobús escolar porque el gobierno municipal socialista lo ha retirado. Sencillamente no va a seguir pagándolo. ¡Ah…!

Me imagino que la siguiente será responsabilizar de su desaparición a Esperanza Aguirre. No se da cuenta este insigne alcalde que las mentiras tienen las patas muy cortas y que por mucho que quiera engañarnos, los ciudadanos ya somos mayorcitos y –quienes aún no lo hayan hecho- pronto empezarán a caer en la cuenta de que la reiterada utilización del recurso de responsabilizar a otros de sus fracasos, no es sino la manifiesta confirmación de su incapacidad o de la monumental envergadura de sus mentiras. Máxime si –como es el caso- se intenta responsabilizar a Esperanza Aguirre, cuyo apoyo al desarrollo y el bienestar de los madrileños –nosotros somos madrileños- está fuera de toda duda.

Ya sabéis, el que al cielo escupe…