lunes, 26 de mayo de 2008

El juego


Moura, con su sensualidad habitual y esa sensación que trasmite de estar siempre más cerca de los sentimientos que de los sentidos, me recuerda que en el morir diario del que mis inflamadas neuronas hablaban en el último post interviene –formando parte de la misma rueda- el nacer a la vida que cada muerte nos alienta, el renacer diario, la resurrección personal necesaria. Y como ocurre siempre desde que tuve la dicha de conocerla ¡tiene razón!

¿Por qué quedarnos en el morir diario cuando podemos dejarnos mecer en la esperanza y la ilusión del nacer constante?

De nuevo la vida y la muerte juntas en ese juego del Yin y el Yan en el que las fuerzas, los fluidos energéticos de la vida y la muerte se complementan íntimamente unidos para conseguir la armonía y el equilibrio perfectos. La Vida y la Muerte que nos dan y nosotros damos, la Vida y la Muerte como corta y única posesión cierta de cada uno, de la que paradójicamente no podemos apropiarnos en exclusividad. La Vida y la Muerte entendidas como lo hacía aquel gran Jefe Indio en su testamento:

“Uno sólo posee su vida, como la Tierra, un corto tiempo. Uno no es de uno mismo. Uno es de la Vida, de la Muerte, de aquellos que le legaron la vida y de aquellos a los que se la ha dado y a los que se la dará.”

Juguemos pues y, puestos a jugar, hagámoslo con las bazas que nos da la parte del juego en la que mejor podemos dar, la parte de la Vida. Juguemos para que después puedan jugar quienes reciban la Vida y la Muerte como legado inseparable a la condición humana, y hagámoslo viviendo la vida a través de nuestra capacidad de amar, crear, aprender, ayudar esperar, sorprender e ilusionar.

Es el juego de los poetas urbanos que son capaces de escuchar el canto de un jilguero en plena Gran Vía de Madrid, o de quienes tienen en su vida habitación con ventana a las cigüeñas o de quienes nos recuerdan –en devoto reconocimiento a Pablo Neruda- que “El verso cae al alma como al pasto el rocío”. El juego que nos permite no confundir la transferencia del conocimiento con los coros y danzas o elegir acertadamente entre las albóndigas y la menestra de ternera. Un buen juego.

jueves, 22 de mayo de 2008

La inmortalidad


Una impertinente y pertinaz tendinitis me ha impedido en los últimos días sentarme delante del teclado –la tendinitis no era en el culo, sino en la muñeca- para contaros lo que pasa por mi cabeza. Controlado el dolor -para gusto de mis amigos y disgusto de quienes no lo son- puedo de nuevo dejar que mis dedos vayan golpeando, con el ritmo que mi cabeza les dicta, las negras teclas que me permiten estar con vosotros amigos blogueros.

Soplan en lo personal vientos esperados –y por necesarios para terminar con la ignominia también deseados- que ayudarán sin duda a poner punto final a un paréntesis en mi vida ajeno por completo a mi voluntad, pergeñado por quienes desde la incapacidad para trabajar por el bien común, han tenido que recurrir a las marrullerías y los despropósitos propios de quienes tienen su condición, la condición de basura.

Entenderéis amigos blogueros que no le dedique ni una línea más de este vuestro/mi blog a un asunto que por fin resolverá la justicia.

Me imagino que será por deformación profesional –quizás sería más correcto hablar de interés profesional- el hecho de prestar continua atención a los distintos avances que la medicina va experimentando y que en definitiva nos permiten vivir más años con una calidad de vida aceptable. La esperanza de vida de las personas cada vez es mayor en una carrera de la ciencia por acercarse cada día un poco más a la inmortalidad. Escrito o no en los cuadernos de objetivos de investigadores, laboratorios, empresas farmacéuticas y todo el largo elenco de profesionales que trabajan en ese sector, lo cierto y verdad es que todos intuimos que su aspiración final es encontrar las terapias y las sustancias que nos permitan alcanzar la inmortalidad en esta vida.

Sin embargo –excepción hecha de las extraordinarias criaturas que dan nombre a este blog, con mi bella y encantadora amiga Moura a la cabeza- tengo bien claro que la inmortalidad terrenal es inalcanzable. No solo por creencias religiosas –que también- sino por el estudio tranquilo y detallado de las causas que llevan al fallecimiento a las personas.

No morimos porque se nos agote la vida por vieja, ni siquiera morimos –en un elevado porcentaje- a causa de enfermedades que conlleven pareja la muerte. Es cierto que existen causas violentas inapelables, como ocurre con los accidentes de tráfico o de cualquier otra índole, pero en esos casos la única diferencia es que la muerte llega antes del tiempo lógico.

Morimos porque mueren los demás. Esa es la realidad. Morimos porque formamos parte de una rueda de sentimientos que no podemos –ni queremos- abandonar. Morimos en definitiva, porque cada vez que alguien querido muere, se muere algo de nosotros mismos y como no somos infinitos en nuestra dimensión humana, cuando es más lo perdido que lo que nos queda, alimentamos la rueda.

Me diréis que ¿a santo de qué este post? Es lo que tienen las tendinitis que imposibilitan temporalmente el uso del teclado, que pueden llegar a inflamar –espero que también temporalmente- determinadas zonas del cerebro.

miércoles, 14 de mayo de 2008

El accidente


¡Menudo accidente Sr. Zapatero!

¡Hay que joderse la mala suerte que han tenido!

Nada, que iban los pobrecillos con la furgoneta en la que llevaban 200 ò 300 kilillos de explosivos –nada, lo necesario para tirar unos petarditos en la fiesta que iban a montar- y la puñetera Berlingo se les ha parado al lado de la Casa-Cuartel de la Guardia Civil de Legutiano. Menos mal que ha pasado por allí un colega y se los ha llevado en su Peugeot 306.

Parece que en la furgoneta llevaban también algún detonador –de los que usan ellos para programar la explosión de los petardos en sus fiestorros- que sin saber cómo se ha activado –desde luego sin ninguna intención- y han volado media Casa Cuartel de la Guardia Civil.

La explosión se ha llevado por delante la vida de un Guardia Civil y ha herido a otros cuatro y, al enterarse de lo ocurrido, los de la Berlingo se han llevado un disgusto enorme ya que se han quedado sin petardos para la fiesta.

Como al Guardia Civil le entra en el sueldo, no parece probable que ninguno de sus dos hijos vaya a leer un comunicado diciendo que no permitirán que nadie utilice políticamente la muerte de su padre, rodeado de los jerifaltes del PSOE, tal y como ocurrió con el anterior accidente en el que le tocó la china a un concejal socialista.

¡Mire que es mala suerte la suya Sr. Zapatero! Lleva ya seis muertos en accidentes causados por los amigos de su hombre de paz, el bueno de Otegi. Nada, nada, Ud. siga a lo suyo, que nosotros vamos a concentrarnos una vez más durante cinco silenciosos minutos en los que rogaremos a Dios por el alma del servidor de la Ley asesinado, nos acordaremos de la puta madre que parió a esos mal nacidos y nos reconfortaremos con deseos imposibles. Deseos de que el gobierno democrático de nuestro país decida vencer a la banda terrorista ETA utilizando todas las herramientas que el Estado de Derecho pone a su alcance.

Esperaremos pacientemente sabiéndonos una de las posibles próximas víctimas de un nuevo accidente mientras asimilamos las palabras del Rey Juan Carlos -¡qué pena que alguno de los presentes no le hubiese gritado ¿Por qué no te callas?!- diciendo que Zapatero “sabe muy bien hacia dónde va”.

Ya ve Sr. Zapatero qué cosas tan curiosas ocurren. Quien debería callarse –ahora ya podemos opinar todos sobre lo que haga o diga el Rey- habla metiendo la pata hasta el corvejón y a quien debería poder hablar lo deja mudo la muerte montada en una Berlingo por culpa de unos hijos de puta.

lunes, 12 de mayo de 2008

Dormopositar


Dormopositar. (No lo dice el diccionario de la RAE, pero como si lo dijese, porque todos lo entendemos). Dícese del ejercicio practicado por la oposición del Partido Popular que permite al gobierno de Don José Luis hacer lo que le da la gana –pocas ganas deben tener a juzgar por lo poco que hacen, aunque eso sí, poco pero muy malo- sin inquietarse lo más mínimo por lo que pueda venir desde las bancadas de la oposición. Ejercicio consistente en un encogimiento permanente de ambos hombros al tiempo que se produce una ligera caída de los párpados que permite mirarse el ombligo sin necesidad de ver lo que pasa delante. ¿Qué no?

Ya me diréis si no es así si nos paramos a juzgar lo acontecido desde el 9 de marzo. ¿Existirá mundo fuera de su ombligo para quienes tienen el encargo soberano de cantarles las verdades del barquero a Zapatero y su gobierno de Igual Da –ingeniosísima expresión de Antonio Burgos que me remite mi buen amigo Fernando- y aún no han dicho“esta boca es mía”? Vale que hay un congreso en junio –en Valencia este año habrá altas temperaturas- importante para el PP, vale que parece que no solo Rajoy tiene aspiraciones –cosa por otro lado totalmente normal y democrática- presidenciales, vale que atiendan al debate de la necesaria renovación y vale que atiendan también al debate de las ideas y las estrategias, pero ¡vale ya! ¿no?

No solo más de 700.000 militantes que nos entregamos permanentemente a la causa para llevar a nuestro partido y nuestros dirigentes al gobierno, sino también más de 10.000.000 de españoles estamos como bobalicones, con la boca abierta y los ojos como platos, mirando hacia arriba, hacia lo que hemos aupado con nuestro trabajo y entrega, esperando un gesto que nos permita ponernos de nuevo en marcha, una leve insinuación que nos ayude a albergar de nuevo esperanza en nuestro futuro y –lo que es más importante- en el futuro de España.

¿Que hay varios candidatos? Bueno, ¿y qué pasa?

¿Que se quiere debatir sobre las ideas? Bueno, ¿y qué pasa?

¿Que se quiere debatir sobre estrategias? Bueno, ¿y qué pasa?

Para eso tenemos el Congreso de junio, para resolver democráticamente esas cuestiones, pero mientras ese momento llega, no podemos ser los dormopositores de ZP. Más de 700.000 militantes y más de 10.000.000 de votantes no nos merecemos eso.

El abandono por parte de María San Gil de la redacción Ponencia Política que se debatirá en el Congreso de junio por “diferencias de criterio fundamentales” debe hacernos reflexionar. Debe hacer reflexionar fundamentalmente a quienes están en la pomada de la redacción de la ponencia y de la organización del Congreso, toda vez que María San Gil es un referente moral en nuestro partido que muchos no estamos dispuestos a dejar perder.

Es justo permitir que Mariano Rajoy organice con tranquilidad el trabajo que tiene por delante, aunque sin dormopositar, y también es justo que más de diez millones de ciudadanos veamos recogidas las ideas básicas que sobre España figuraban en el programa electoral que apoyamos el 9M, en los distintos documentos que apruebe el Partido Popular en su Congreso de junio. Nuestros programas electorales han sido siempre “contratos” con los ciudadanos, no flor de un día.

viernes, 9 de mayo de 2008

La grasa


¿Crisis económica? ¡Ah…se siente!, es una desaceleración.

¿Colapso judicial? ¡Ah…se siente!, es un retraso.

¿Trasvase del Ebro a Barcelona? ¡Ah…se siente!, es una canalización temporal.

¿Nuestros militares mueren en guerras en el exterior? ¡Ah…se siente!, son soldados/ong’s.

Me dice Moura –me ha asegurado que no piensa moverse de la embriagante humedad de Galicia en una buena temporada- que es mejor que nos lo tomemos con calma para evitar terminar de los nervios y, seguramente lleve razón. Si no nos embadurnamos en una espesa coraza de grasa escurridiza, empezaremos a dar contestaciones indebidas que a más de un progre le permitirá tacharnos de anti demócratas. Al fin y al cabo, no nos podemos olvidar que en este país si los del PP hablamos de poner coto a la inmigración ilegal somos racistas y xenófobos y si es la izquierda quien lo plantea es porque son humanitarios y solidarios, así que nada, tranquilidad y buena letra para soportar cuatro años el “régimen de la semántica”.

La verdad es que cuando algunas personas se me quejan de la desafortunada situación por la que atraviesa España en cualquiera de los ámbitos de vida de nuestro país, me cuesta trabajo mantener esa impermeable coraza de grasa. En realidad a más de uno le he contestado ¿Votaste a Zapatero? ¡Ah…se siente!, te jodes. Me ocurre siempre que luego me arrepiento de las palabras dichas, no porque piense que no están ajustadas a derecho, sino por lo que puede tener de repugnantillo hablar de sexo en relación con ese gran mentiroso. ¡No sabes por dónde te la va a meter!

La detención de una treintena de policías locales de Coslada acusados de corrupción –al más puro estilo de la mafia cobraban por proteger a los comerciantes de ellos mismos- pone una vez más de manifiesto la notable inseguridad en la que vivimos los españoles. Por lo que se va viendo, son años de actuación mafiosa conocida por la población en general a los que la justicia no ha puesto coto hasta que un grupo de prostitutas inmigrantes han tirado de la manta. ¿Una España en la que denunciar la extorsión nos da miedo es el país que queremos para nosotros y para nuestros hijos?

Claro, el rojo Bermejo le echará la culpa de esto a Franco -¡qué jodio, como no se puede defender…!- aunque él sabe que ni siquiera la espesa capa de escurridiza grasa impide que tamaño insulto a la inteligencia nos agite violentamente las neuronas. Está claro que mientras nuestra Justicia no abandone el estado tercermundista en que se encuentra, lo nuestro no dejará de ser una democracia aparente. Los medios informáticos y humanos que precisa la justicia española eran impensables e inalcanzables en una España en la que los ordenadores solo se veían en las películas americanas.

La corrupción policial destapada en Coslada –seguramente veremos más situaciones similares- es una realidad de hoy, del año 8 del siglo XXI, no de hace cuarenta años. Los lacerantes retrasos acumulados en una administración de justicia colapsada, son un problema de hoy, año de la rata para los chinos, no de hace 40 años. Las filtraciones de declaraciones en sumarios bajo secreto –como el de la niña Mari Luz- son de hoy, el año de la 31 del Real Madrid- no de cuando decían que las ganaba gracias a Franco.

Lo ocurrido en Coslada no puede llevarnos a dudar del buen hacer y la profesionalidad de la generalidad de los policías locales, pero sí nos debe llevar inevitablemente a ser conscientes de la inseguridad a la que nos tienen sometidos quienes nos gobiernan. Establecer los medios y las medidas es obligación de los políticos, tanto los que gobiernan como los que dormopositan.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Los vecinos


Es mucho lo escrito en las últimas fechas sobre el electricista Josef Fritzl. Me refiero al individuo de 73 años que había convertido su casa en Amstetten (Austria) en un museo de la especie humana. Ya, ya se que suena duro esto del “museo de la especie humana”, pero no me negaréis amigos blogueros que en este negro episodio de nuestra historia contemporánea se encuentran recogidos un sinfín de comportamientos característicos de nuestra especie.

Según van pasando los días nos van cayendo –como bofetadas ante el espejo- nuevos detalles del suceso que van consiguiendo hacer verosímil algo que inicialmente nos pareció increíble. El carácter del electricista, sus exteriorizados comportamientos, el conocimiento que de él tenían los vecinos, las reiteradas adopciones de sus nietos “abandonados”… ¿para qué detallar más? Una conducta extraña, llamativa, inquietante, sospechosa…y nadie dice nada.

¿Cuántos “Josef” habrán muerto en Birmania? ¿Cuántos dignos representantes de las miserias humanas, de las bajezas más inconfesables, de los vicios más deleznables, de los silencios más escandalosos estarán entre los 22.000 muertos y los 41.000 desaparecidos a causa del ciclón Nargis? ¿Cuántos hijos de “abuelos”, cuántas hijas violadas, cuántas esposas consentidoras, cuánta dignidad pisoteada, cuánta violencia gratuita, cuánta muerte traidora entre los cadáveres?

¿Cuántas conciencias lavaremos ahora con nuestra magnánima ayuda humanitaria? ¿Con cuántas vendas humanitarias taparemos ahora nuestras vergüenzas? ¿Con cuántos camiones de mantas taparemos ahora nuestro escandaloso y cómplice silencio? ¿Acaso como comunidad internacional no somos igualitos que los vecinos del electricista Josef Fritzl? Al fin y al cabo el ciclón Nargis lo único que ha hecho -22.000 muertos en la distancia y el anonimato no nos duelen nada, no nos quitan el sueño, no nos impiden comer- ha sido poner encima de la mesa una situación conocida de todo el mundo mundial.

Si la ministra Chacón quiere trabajar en serio, que pille del brazo a Moratinos y planteen ante la OTAN y la ONU una intervención militar que expulse a la Junta Militar que se pasa por el arco del triunfo todos los derechos de los birmanos. Ese sí es un trabajo adecuado para nuestros militares. Nada de enviar ayuda humanitaria a través de los controles establecidos por la Junta Militar –se forrarán aún más a costa de la vergüenza occidental y el dolor de los suyos- sino que vayan allí nuestros soldados a llevar la ayuda directamente a la población. ¡Ese sí es un trabajo digno para nuestros militares!

El electricista Josef Fritzl es un monstruo que debería pasar en la cárcel el resto de su vida, en donde posiblemente no llegará a comprender la descomunal barbaridad en que ha convertido su vida y la de los suyos, pero al menos impediremos que vuelva a las andadas. Situaciones y hechos como las que él ha protagonizado seguro que no son únicas, como tampoco son únicos los silencios escandalosos de sus vecinos. Nos duele y sí nos quita el apetito y nos perturba el sueño el calvario pasado por su hija y sus descendientes. ¿Qué tal si intentamos poner cara –aunque sea imaginaria- a los violados, secuestrados, mancillados, torturados y abandonados por la Junta Militar de Birmania? Nos explotaría el corazón.

¿Somos todos Josef Fritzl? Indudablemente no, pero todos somos vecinos suyos.

lunes, 5 de mayo de 2008

Aviso


Circula un viejo chiste de tinte un tanto machista –digo un tanto, porque la resolución del mismo es justo lo contrario- que más o menos era del siguiente tenor:

En una pareja de recién casados el marido le dice a la esposa:

- Cariño, antes de que haya lugar a equívocos quiero que sepas que tengo una serie de costumbres que no pienso cambiar. Después del trabajo voy a tomar con mis compañeros el aperitivo todos los días. Los miércoles y los domingos por la tarde veo fútbol con mis amigos en el bar y después tomamos unas tapas y unos vinos hasta las 12 de la noche. Los sábados por la noche juego la partida de póker con los amigos hasta bien entrada la madrugada y los jueves por la noche tengo la cena con los amigos de la peña taurina. ¿Tienes algo que objetar?

La esposa, comprensible donde las haya, le responde:

- De acuerdo amor mío, ningún problema. Quiero que tú sepas también que de lunes a sábado a las 10 de la noche en esta casa se folla. Estés o no estés.

Viendo las imágenes de los antitaurinos en el ruedo de Las Ventas ayer domingo -¿para qué está allí la policía?- y los ímprobos esfuerzos que tuvieron que realizar las cuadrillas y el personal de la plaza para sacar del coso a estos demócratas de bolsillo, se me viene a la cabeza el chiste y se me antoja que por aquello de que el que avisa no es traidor, la empresa responsable de la plaza debería exhibir un cartel en el exterior del recinto taurino en el que se leyese:

“Se recuerda al público asistente que tras el repaso de la arena por parte de los areneros, el toro saldrá al ruedo, esté quien esté en el mismo”, y que lo suelten. Los antitaurinos que se paseen con las pancartas que quieran, pero el toro al ruedo. ¿No dicen que son sus amigos?, pues que se lo expliquen al morlaco, a ver si hay feeling.

Si algo bueno podemos encontrar a la política exterior de Zapatero es que gracias a su “buen hacer”, a la hora de ponernos a pensar en la posibilidad de hacer un viaje de vacaciones, tenemos un montón de zonas del planeta desechadas de antemano. Sea porque insulta a los países a través de sus símbolos –como fue el caso de la bandera de Estados Unidos- sea porque con su dócil amiguismo obliga al Rey a poner en su sitio a gorilas golpistas como Hugo Chávez o sea porque permite que secuestren a nuestros pesqueros, pagan el rescate y dejan que se vayan riéndose en nuestra propia cara a pesar de la presencia de una fragata de la Armada Española, lo cierto y verdad es que el mapa de posibles viajes al extranjero con cierta ración de calma y seguridad nos lo está dejando bastante recortado.

A lo mejor es una nueva forma de combatir la “desaceleración económica” que dice Zapatero. Llegar mejor a fin de mes por recortar los gastos al no encontrar países a los que poder viajar. Si le dan una cabra, una escalera y una trompeta, está más en su papel.