martes, 14 de abril de 2009

Parada técnica

fotomontaje Hola amigos blogueros. Ha sido esta una “parada técnica” algo más larga de lo que pensaba en un principio y, aunque hoy estoy de nuevo con vosotros, voy a prolongarla aún durante unos días más. El motivo de este tiempo de ausencia no es otro que el buscar en todo momento el ánimo adecuado para trasladaros aquellas cosas que puedan ser de nuestro común interés.

Seguro que recordáis que una caída me produjo una fractura de codo con las consecuencias –normales por otro lado- que muchos conoceréis o imaginaréis. En los últimos post escritos tenía una excesiva presencia mi codo y las circunstancias que me iba generando, por lo que decidí dejar de escribir hasta que un uso medianamente normal de mi brazo izquierdo no me llevase a martirizaros -post tras post- con mi situación. Así lo hice y hoy –en buen camino de recuperación- me he decidido a contároslo ya que muchos de vosotros me habíais manifestado vuestra extrañeza por mi silencio. Volveré a dejar de escribir durante 8 ó 10 días más y una vez zanjado el asunto del codo estaré de nuevo con vosotros día a día, que sabéis que es como me gusta estar.

Me niego a darle protagonismo a ese incidente y sus consecuencias ya que a mi lo que me gusta es hablaros de Moura –mi extraordinaria y bella amiga Meiga- y de la maravillosa tierra en la que habita. Me gusta hablaros de los sentidos y los sentimientos, de las vivencias y los sueños que van conformando nuestra cotidiana vida y que nos hacen sentirnos personas, voluntades, hacedores de nuestro destino.

Tantos días de ausencia han dejado atrás muchos temas de los que me hubiese gustado hablar con vosotros. No ha quedado atrás desgraciadamente el martirio diario que siguen padeciendo los padres de la joven Marta, asesinada no se sabe de qué manera, ni por cuantos, ni cuando. Ese calvario de ver como unos mal nacidos juegan con los sentimientos más profundos de unos padres que dándola por perdida ya solo aspiran a encontrar algunos restos que les permitan sosegar el alma. Es con mucho, por la inhumana crueldad que encierra, el asunto que más me ha llamado la atención en estas semanas.

El caótico ZP se hunde en su propia miseria política. Dentro de poco será protagonista de ese anuncio de la televisión en la que un grupo de hippys le dirán “Paz y Amor... ¡y ZP pa León! Y se dará cuenta de que su tiempo se ha acabado. No sueño, lo creo firmemente.

Y en Aranjuez, mi maravillosa ciudad, el alcalde Dionisio –en franca retirada- no quiere dejar pasar la ocasión de hacer mal, pesimamente mal, lo que otros alcaldes harán bien. Las inversiones que ZP destina a los ayuntamientos le van a servir a este alcalde y su gobierno municipal, para partir por la mitad el Casco Histórico de Aranjuez, llevar a cabo una destrucción del arbolado inverosímil, contaminar monumentos históricos de nuestra ciudad y acabar con la tranquilidad y la seguridad de un buen número de ribereños.

Las obras que quiere ejecutar en la calle del Rey –me imagino que no será por el nombre de la calle- son innecesarias y contrarias al sentido común. Tan alejadas del sentido común que un numeroso grupo de vecinos han entendido que debían hacer oír su voz y sus razones. En esta página podéis saber lo que opinan http://protegeraranjuez.org/.

Nos vemos pronto amigos blogueros.