martes, 10 de febrero de 2009

Presunción de inocencia

justicia Ayer fue un día clásico en nuestro país. La izquierda dando lecciones de ética y honradez y la derecha –sí, ya sé, liberales, de centro reformista, pero se nos identifica antes así- trastabillando al compas que marcaba el juez Garzón y los medios que filtraban lo que debe ser secreto.

Mientras, ETA a lo suyo –sin grandes complicaciones- y el Consejo General del Poder Judicial demostrando que si hay que estar se está, pero estar para nada es una tontería.

Uno tiene la edad que tiene y por esa edad y las circunstancias que la han rodeado estudió de acuerdo con un determinado plan de estudios. Es decir, yo soy de los que antes de estudiar la carrera optó entre Ciencias o Letras, decisión esta que determinaba las asignaturas a estudiar en y de Bachillerato. Entre De rerum natura –la naturaleza de las cosas- y las cosas de la naturaleza, me incliné por las Ciencias, opción que a buen seguro no escogieron la mayoría de los seguidores de Al Gore y compañía y por eso nos hunden en la miseria anímica como especie cada vez que se refieren al cambio climático provocado por la acción del hombre. Por cierto, a las feministas de bandera –no que están de bandera, sino que enarbolan banderas, casi siempre en tonalidades coloradas- nunca las he oído protestar cuando los agoreros de la cosa ecológica achacan los males a la intervención del hombre. Podían exigirles que incluyesen a la mujer –a una o a muchas- pero no, en esto no protestan.

Bueno, a lo que iba. Yo soy de Ciencias y por lo tanto la lectura de las razones de los juristas se me hace un poco árida, aunque el sentido común –que por ser el menos común de los sentidos no optó entre letras o ciencias- me lleva a analizar al menos con sentido de la vida determinadas decisiones.

El Consejo General de Poder Judicial es el órgano de gobierno de los jueces, es decir, es algo así como el Jefe de los jueces, pero salvo que esté incurriendo en un error monumental –achacable exclusivamente a que eso no lo estudiamos los de Ciencias- el Consejo General del Poder Judicial no es un tribunal. Es decir, no juzga, no tiene competencias para juzgar ni para decidir en último extremo si una actuación es legal o ilegal. Por lo tanto no entiendo el acuerdo que adoptaron ayer por unanimidad en el sentido de que la huelga anunciada por los jueces no tiene cobertura legal. Eso lo tendrá que determinar un juez o un tribunal de justicia en caso de que los jueces vayan a la huelga y el CGPJ decida sancionarlos, labor esta que como Jefe sí estaría entre sus competencias.

No entro a valorar si tienen o no tienen motivos los jueces y si es oportuna o no su huelga. La verdad es que con el retraso que lleva la justicia en nuestro país –que te metan en el rollo de la justicia es la mayor garantía de indefensión, al menos temporal, que te puede caer encima- no creo que un día de huelga vaya a alterar prácticamente nada. A mi me gustaría, como os comentaba ayer amigos blogueros, que los jueces hiciesen no solo huelga, sino manifestación, en la calle, con pancartas y pitos para reclamar la pureza del Estado de Derecho que el rojo Bermejo y Zapatero prostituyen con actuaciones como las del “ahora toca jugar, ahora no toca” con los partidos del entorno de ETA.

Sí está -en mi modesta opinión- entre las competencias del CGPJ suspender temporalmente al juez y a todos los funcionarios que están interviniendo en las actuaciones contra la supuesta red de corrupción que ha provocado la dimisión de varios cargos públicos del PP. Las inaceptables filtraciones –tan habituales como injustas- que se producen a determinados medios de comunicación deberían llevar al CGPJ a esa suspensión cautelar en tanto en cuanto una diligente y rigurosa investigación llevase a la localización del bocazas y su automática separación definitiva del puesto de trabajo. Por ahí empezaríamos a sentirnos todos un poco más seguros.

El Alcalde de Boadilla, el Consejero -ya ex- de Deportes, el Gerente del Mercado Puerta de Toledo, para mí inocentes en tanto en cuanto no se demuestre lo contrario. Presunción de inocencia para ellos al igual que para el que fuera alcalde de Ciempozuelos Pedro Torrejón, o para otros muchas personas que se encuentran –nos encontramos- en idénticas circunstancias. A la espera.

Para quienes no conservo ninguna presunción de inocencia es para Barrionuevo, Vera, Amedo, Domínguez, Roldán, Mariano Rubio, Julián Muñoz, el furtivo alcalde de Muxía Félix Porto, Josep María Sala...No hace falta seguir ¿verdad?

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