lunes, 9 de febrero de 2009

Desvergüenza

bermejo ETA, la repugnante banda de asesinos a la que pertenecen entre otros el “hombre de paz” –literal de Zapatero- Arnaldo Otegui y el asqueroso asesino De Juana Chaos, que engañó a medio mundo con su fingida huelga de hambre mientras retozaba con su novia ante las indignadas narices de sus vigilantes, la mafiosa banda repito, ha hecho estallar una vez más el terror en Madrid.

Comportamiento esperado el de esta jauría de fanáticos tras la decisión del Supremo imposibilitando la presentación de sus listas a las elecciones al Parlamento Vasco. Una decisión que creo no errar al decir que satisface a la inmensa mayoría de los españoles. Es más, estoy convencido que incluso a quienes manifestándose no españoles –la realidad es que son antiespañoles- como Urkullu, el presidente del PNV, también les gustará la decisión del alto Tribunal.

Es sin embargo la seguridad que nos traslada una decisión como esta una quimera que, como las mentiras de Zapatero o del alcalde Dionisio –ya sabéis amigos blogueros, el de Aranjuez, mi maravillosa ciudad- se diluyen en el mismo instante en que van siendo creadas. Si los argumentos y motivos que permiten invalidar estas listas electorales son los mismos –y lo son- que los que existían cuando ANV se pudo presentar a las elecciones, entonces es que lo que dice el rojo Bermejo es cierto. Esto –la justicia- es un juego y toca jugar cuando el gobierno de Zapatero decide.

¡Ah no!, así no vale. ¿Qué justicia es la que se imparte en según y qué sentido, en según y qué momento y en según y cuáles intereses? ¿Ese es el Estado de Derecho que garantizan Zapatero o su rojo ministro de Justicia?

Vale –bueno, no vale pero nos hemos acostumbrado a tragar con ello- que la fiscalía actúe al dictado del gobierno y juegue al ritmo que su amo le marca, pero ¿y los jueces? ¿No tendrían motivos harto suficientes sus señorías para plantear una huelga de protesta contra este ninguneo al que los somete Zapatero? No estaría mal que por una vez en la vida saliesen los Srs. Jueces a la calle a defender no solo su honor y profesionalidad –Bermejo las pone en duda con más facilidad con la que nos insulta el emperador Castro a los votantes del PP- sino también y por encima de todo la limpieza y objetividad de sus actuaciones y su profundo respeto por el Estado de Derecho.

Huele esto que atufa a una vuelta a las andadas. Si entonces lo pretendieron hacer desde las alcantarillas del Estado, hoy puede que se estén plantearlo hacerlo desde la rechifla y el cachondeo para con instituciones tan necesarias como la propia justicia. ¿Es nuestro sino como Nación vivir entre la mentira oficial, el uso discrecional y sectario del Estado de Derecho y las leyes y la irracional pobreza económica?

Pues allí nos llevan amigos blogueros. Quienes votan en las elecciones gallegas y vascas tienen oportunidad de cambiar ese destino y quienes lo haremos en las elecciones al Parlamento Europeo podremos marcar también el camino. Por si alguno no se ha percatado, nosotros no tenemos a Obama al frente del gobierno. Tenemos a Zapatero, y ya se ha pasado siete pueblos.

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