viernes, 26 de octubre de 2007

Los deportes


Tal y como nos habían anunciado, los socialistas han iniciado una campaña publicitaria en la que quieren llevar a los ciudadanos el mensaje de las realizaciones del actual Gobierno de España, teniendo como elemento común en todos los mensajes la utilización de la “Z” de Zapatero. ¿Recordáis? SolidaridaZ con “Z” de Zapatero, etc, etc, etc.

Es una práctica común y hasta cierto punto lógica que los representantes de los partidos políticos en las distintas instituciones utilicen -con la pertinente adaptación al ámbito en el que estén- los mismos argumentos teóricos y los mismos mensajes publicitarios. Se llegan incluso a producir verdaderas clonaciones en los discursos y en las actitudes de líderes de ideología similar de otros países. Así es muy fácil encontrarnos a la ministra Maleni -pido disculpas por la similitud en el nombre con Malena, que en nada se parece a esta fiel discípula de Murphy- intentando emular en la ejecución de las obras de su ministerio -¿qué pasará en Barcelona?, ¿habrá pasado por allí algún gafe?- al Ministro de Caminos y Senderos de Zimbabwe, con “Z” de Zapatero.

La falta de libertad en cualquier régimen dictatorial se pone de manifiesto en cualquiera de los ámbitos tanto públicos como privados de la vida de las personas. Decisiones sobre la propia vida de uno tan simples y sencillas en nuestro entorno democrático como la elección del deporte que se quiere practicar, están en países como Cuba, por poner un ejemplo, absolutamente supeditados a la decisión que al respecto tome el régimen. Es decir, los deportistas aprenden y practican aquellos deportes que el dictador de turno estima convenientes para una mayor gloria de su figura, en aras a supuestos beneficios para la salud espiritual del país y para el adecuado e integral desarrollo del individuo y la colectividad -más como colectivo que otra cosa- imponiendo con las herramientas -y las armas en no pocos lugares- que le proporciona el poder, la práctica de uno u otro deporte.

A 7.520 km de La Habana, en lo que puede empezar a entenderse como un cortijo, un alcalde que gobierna con mayoría absoluta decide a través del uso que hace de las subvenciones deportivas el deporte que deben practicar los niños. Una grosera manera de imitar lo que -su seguramente admirado modelo en el que fijarse- al otro lado del charco Fidel hace con los niños cubanos. Que los dineros de todos sirvan para que algunos puedan recortar la libertad de otros no es un buen asunto. El alcalde socialista de Aranjuez, Dionisio, parece apuntado a la práctica general de adaptación a su ámbito territorial de los mensajes publicitarios de sus líderes nacionales y lamentablemente, apuntado también al efecto de clonación con líderes de otros países.

Como diría el friki Pepiño, en Aranjuez la práctica de algunos deportes se elige con libertad, con”D” de Dionisio.

Dicen que los habitantes de Hospitalet de Llobregat están algo preocupados por las grietas aparecidas en 15 edificios cercanos a la estación del barrio de Gornal. ¿Preocupados dicen? Yo estaría acojonado. Y no lo digo por los quince edificios, sino porque el influjo de Maleni ya se está dejando notar en esa ciudad pegada a Barcelona. De ahí a que se queden sin luz un par de meses o a que se rompa la presa de las Tres Gargantas (Hubei, China) y sus aguas discurran torrencialmente por el Llobregat, solo resta alguna indigencia intelectual más de Maleni.

El alcalde de Barcelona dice que en este momento, con la zapatiesta que tiene montada la sra. Alvarez, con “Z” de Zapatero -Alvarez y zapatiesta- no debe dimitir, sino que debe afrontar la solución de los problemas y la terminación de los trabajos. En sus buenas intenciones, ¡qué insensato es ese alcalde! Lo mejor para su ciudad, para L’Hospitalet y para cualquiera que se encuentre en 1.000 km a la redonda es que Maleni se vaya a casa, que de aquí a marzo aún faltan tres meses largos y cualquiera que conozca la Ley de Murphy sabe que si esta señora continúa en el cargo, lo peor aún está por llegar. Luego que no digan que no avisamos ¿eh?

Mañana hace dos años que la persona más buena, honesta y admirable que he conocido en mi vida, no necesita encender un ordenador para leer mi blog y sé que lo lee a diario. Es curioso cómo el tiempo te permite transformar el dolor en dulce recuerdo.

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