jueves, 11 de octubre de 2007

La reedición


Me parece que el friki este puente no va a ir por Galicia. Está de los nervios. El vídeo de Rajoy les ha pillado a contramano, y el friki solo alcanza a escupir los manidos insultos contra el PP y buscar desesperadamente entre su atrezzo la correa del Doberman para sacarlo a pasear en un baldío intento por recuperar la iniciativa en la atención mediática. Se da cuenta este esperpéntico ser nacido –para vergüenza nuestra, los gallegos- en Galicia de que “as bruxas e os demos” que tiene esparcidos a lo largo y ancho del país –nosotros le llamamos España, aunque a él le aterrorice que le demos ese nombre- no han sido capaces de conocer el contenido del vídeo de Rajoy con antelación para que a su factoría de la mentira y el insulto le diese tiempo a pertrechar una iniciativa como las que tiene al uso. Por eso me temo que estos días no irá por nuestra tierra. Mira, eso que ganan mis paisanos. Precisamente ahora, que el marisco pasa de ser una comida riquísima a convertirse en un bocado de dioses.

El vídeo de Rajoy tiene –políticamente hablando- dos partes a analizar, por un lado la oportunidad del vídeo y por otro la idoneidad de su contenido. Acertados los dos. El momento es totalmente preciso, inmediatamente ante de nuestra Fiesta Nacional y en el momento en el que los independentistas de extrema subintelectualidad -este palabro también para la RAE, para utilizar solo en relación con esta caterva de energúmenos empeñados en hacernos comulgar por narices con sus ideas- están atacando con absoluta desfachatez e impunidad los símbolos que representan los valores que libremente y a través de las urnas hemos decidido darnos. Y el contenido del vídeo –apreciaciones técnicas y artísticas aparte- me parece sumamente correcto y adecuado.

No entienden los prebostes socialistas –aunque es lo que están contándonos-que un mensaje como el enviado por Rajoy a través del vídeo tenga que estar necesariamente reservado al Rey o al Presidente del Gobierno. Lo que les ocurre es que están realmente cabreados porque Rajoy –a quien consideran un torpe incapacitado para conectar con los ciudadanos- se les ha adelantado enviando un mensaje que a ellos les hubiera gustado mandar. Sobre todo ahora que están inmersos en una política de gestos diametralmente opuesta a la realidad de los hechos que han venido ejecutando a lo largo de la legislatura. El PP se les ha adelantado y eso les saca de quicio.

Le ha pasado al friki Pepiño y a su bien amado jefe Zapatero lo mismo que le está pasando a los socialistas de mi ciudad, Aranjuez. Está el alcalde socialista Dionisio inmerso en una campaña de reedición de su programa electoral, eso sí, pagada con dinero de todos los ciudadanos ¡faltaría más! y mira por donde el PP –que parecía que andaba algo despistado- ha decidido ponerse manos a la obra y recordarle al grisáceo alcalde Dionisio los problemas que tenemos los ribereños –os recuerdo que ese es uno de nuestros dos gentilicios- y las soluciones para los mismos.

Han planteado los populares del Ayuntamiento de Aranjuez toda una batería de propuestas para el próximo pleno de la Corporación en la que cogen la iniciativa, mucho más ágiles que el gobierno socialista municipal, en tomar el pulso de la calle para llevar a la Institución Municipal nuestra realidad diaria, aquella que nos afecta en el vivir cotidiano, aquella que nos incomoda o nos facilita la vida, aquella en definitiva que nos llevó a acercarnos a las urnas el pasado mes de mayo para elegir a quienes iban a trabajar por nuestra ciudad.

A este buen trabajo desarrollado por el PP de Aranjuez en el ayuntamiento, seguro que responderán los socialistas con alguna “frikiñada”. No es de extrañar en quienes se gastan el dinero público en reeditar con apariencia institucional su programa electoral, en vez de solucionar el problema de transporte escolar que ellos mismos han creado a más de setenta alumnos de colegios concertados de Aranjuez.

La Ley de Memoria Histórica que aprobarán los socialistas plantea la derogación de las leyes franquistas que ya están derogadas. Me imagino que a los redactores de esta parte de la ley –de otras ya hablaremos otro día- no les pagarán el sueldo ¿no?.

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