Días de constitución de ayuntamientos y asambleas autonómicas. Discursos de investidura, compromisos programáticos, objetivos de gobierno…Cuatro años por delante para cumplir con las promesas, para satisfacer las aspiraciones ciudadanas, para demostrar lo que se sabe y lo que se puede. Cuatro años en los que unos –esperemos que los más- trabajarán denodadamente para darnos todo aquello que nos prometieron y otros –esperemos que los menos- se olvidarán de nosotros hasta las próximas elecciones.
Me gustó ayer Esperanza Aguirre en sus turnos de debate con las portavoces de la oposición. Se la veía ágil, joven, con las ideas muy claras, con ganas de comerse el mundo. Sin complejos.
Lo que vamos conociendo de sus líneas de actuación a lo largo de esta legislatura que ahora comienza, es realmente esperanzador –no hago un juego de palabras- por lo que tiene de cercano a nuestros problemas y soluciones, a nuestras necesidades e ilusiones. Oírla hablar de sanidad, o medio ambiente, o vivienda –construir a lo ancho, no a lo alto- o de libertad de horarios en el comercio, o de deportes, etc., etc. es oírla hablar nuestro mismo idioma. Porque además al mismo tiempo nos habla de libertad.
Qué lejos de ella están las dos portavoces de la oposición. Especialmente Fernández, la portavoz socialista. Si bien es cierto que las dos están a años luz ideológicamente hablando –Esperanza las definió como “conservadoras”-, no es menos cierto que es más cercano, por su interés en buscar soluciones, el de Sabanés, la portavoz de IU. La sra. Fernández quiso acusar a Esperanza Aguirre de lo que los madrileños, con su apabullante apoyo a nuestra Presidenta en las urnas, han decidido que no era así en algunos casos y que en otros era aplaudido por la ciudadanía.
Me temo, a la vista del discurso socialista de ayer en la Asamblea, que se van a limitar a jugar el papel de mosca cojonera. ¡Qué gran oportunidad van a perder de nuevo! Si pudiesen entender –es imposible desde la obstinación dogmática- que ellos podrían y deberían jugar un papel importante en la reivindicación ante el Gobierno de la Nación de la solución a los problemas que Madrid tiene pendientes de Zapatero, estoy convencido que los madrileños se lo agradeceríamos en las urnas.
Esperanza Aguirre no es –seguro que no dedica a eso su tiempo- el ariete del PP contra Rodríguez Zapatero. Es más bien Zapatero –acompañado de sus Malenis- quien obliga a Esperanza Aguirre a actuar como David frente a Goliat en defensa de los intereses absolutamente legítimos de los madrileños. Y claro, puesta en faena, resulta que “nuestra” David le da sopas con honda al Goliat Rodríguez.
¿Seguirá manteniendo su chusca postura la Ministra de Fomento? Una vez que Rafael Simancas no es Presidente de la Comunidad de Madrid –yo creo que nunca tuvo opciones a serlo- ¿se seguirá negando la mencionada ministra a apoyar el cierre de la M-50? ¿Seguirá utilizando nuestro dinero caprichosamente para castigarnos por elegir a quien mejor puede presidir nuestra Comunidad? Lo veremos. Las elecciones generales están cerca y me imagino que querrá votos.
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