miércoles, 27 de junio de 2007

El canalillo


Ayer ocupé una buena parte del día en estar frente al teclado del ordenador. Dediqué este tiempo a buscar entre las teclas aquellas que me sirvieran para reproducir las palabras de Zapatero sobre la muerte de seis soldados españoles en Líbano a manos de unos terroristas. Ardua e imposible tarea, ya que el silencio no tiene teclas. El silencio no se escribe, aunque si se oye. Por eso ayer no pude escribir. El silencio de Zapatero ante esta tragedia ha sido clamoroso. Es curioso y preocupante cómo se viene abajo el Presidente del Gobierno de España cuando los hechos son duros.

Sus silencios no son respetuosos, sino todo lo contrario. Son silencios de incapacidad. Silencios de niño al que se le ha quitado la piruleta de la boca de un tirón. Silencios de aturdimiento, de K.O., de boxeador sonado. Silencios de quien montado en el encantamiento y la falacia ve como se le van desmoronando los castillos construidos en el aire, que para desgracia suya nada tienen que ver con los de Alberto Cortez. Largos silencios para recomponer la figura y poder seguir engañando. Para los silencios no hay teclas en el ordenador, pero para los engaños sí.

Somos líderes mundiales en el consumo de cocaína. ¡Ahora encuentran explicación algunas de las cosas que ocurren en nuestro país en los últimos tres años! Alguien tiene que caer en la cuenta de que esto no ocurre porque sí. Es verdad que somos un pueblo alegre, extrovertido, dispuesto a reír los dos lados de la vida a poco que nos lo permitan, amantes de la calle y lo común y compartido, especialmente predispuestos a la diversión y la juerga. Pero siempre hemos sido un pueblo sano. Ahora, sin embargo, nos ponen a la cabeza –ya hemos ganado a los norteamericanos, Zapatero ya puede sacar pecho ante Bush- en el consumo de cocaína.

Es verdad que la Ministra anti-vino ya ha buscado solución. Va a formar a todo un batallón de camareros/vigilantes que son los que impedirán el consumo de drogas en los aseos de los bares, discotecas,… ¿Os lo imagináis? No puedo quitarme de la cabeza la secuencia del cursillo de formación a los camareros:

Ministra: - Deberéis estar atentos a la puerta de los aseos e introduciros en los mismos si veis que pasa alguna persona sospechosa de ir a esnifar. Una vez dentro mirad bien, oled, escudriñad hasta el último rincón para evitar que alguien pueda consumir.

Camarero: - Excelencia, puedo plantearle un supuesto práctico.

Ministra: - ¡Faltaría más! Adelante compañero, plantéalo.

Camarero: - Supongamos que en los urinarios me encuentro a un individuo haciendo un canalillo con las manos por delante de su tripa. ¿He de hacer algo?

Ministra: - Por supuesto. Piensa que en el canalillo puede tener preparadas las rayas que va a esnifar en cuanto te vayas.

Camarero: - ¿Y qué debo hacer? ¿Tengo que mirar?

Ministra: - No, no. Sencillamente dile que levante las manos.

Camarero: - ¿Y si no tiene cocaína en las manos?

Ministra: - Entonces te tocará fregar el suelo y llevarle los pantalones a la lavandería.

¿Y no sería más fácil –mejor dicho, más eficaz- buscar en los ámbitos de la educación y de los valores una respuesta a esta situación de liderazgo? MúgicaEnrique- ha planteado la necesidad de recuperar el tratamiento de Ud. en las aulas por parte de los alumnos. Aunque por sí sola no es solución suficiente, sí nos da muestra –el motivo por el que se plantea la iniciativa- de hasta qué punto la falta de “autoritas” en los ámbitos docentes pueden tener una clara incidencia en la situación descrita sobre el consumo de drogas.

Viene este liderazgo a apoyar aún más las tesis de quienes se oponen en este momento a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Visto lo visto, ¿cómo vamos a dejar la educación de nuestros hijos en manos del Estado?

Algo debe ocurrirnos en la cabeza cuando somos incapaces de corregir un sistema que permite que uno de los asesinos de Sandra Palo salga hoy en libertad. Le llamen como le llamen, el régimen abierto del que disfruta desde hoy, supone su puesta en libertad. Aunque es difícil ponerse en su piel, es comprensible el estado de abatimiento y rabia que embarga a la madre de Sandra. Su lucha por modificar la Ley del Menor no puede caer en saco roto y los políticos –esos a los que en su desesperación acusa de corruptos y sinvergüenzas- deben estar a la altura de las circunstancias para corregir esta injusta situación.

PSOE e IU de Leganés han presentado una Moción de Censura para desalojar de la alcaldía de este municipio madrileño a su alcaldesa Guadalupe Bragado del Partido Popular. Guadalupe ocupa su cargo desde el pasado día 16 de este mes de junio. Es decir desde hace 11 días. ¿Realmente alguien puede pensar que ha dado algún motivo para que se le presente una Moción de Censura? El Coordinador de IU de Madrid, Fernando Marín, ha dicho que “esto no es un reparto de concejalías”. Lleva toda la razón el sr. Marín. Tal y como lo han planteado parece el reparto del botín.

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