viernes, 7 de marzo de 2008

VOTA A MARIANO RAJOY


Pues va a ser que tenía razón, que por una vez en su vida no nos estaba mintiendo. Si hacemos caso de las palabras de Zerolo -¡pobrecillo! debe tener la pelvis descoyuntada con tanto ajetreo anal- resulta que va a ser verdad lo que decía Zapatero cuando en una entrevista aseguraba que hacía el amor todos los días durante la campaña electoral. Incluso, después de escuchar a Zerolo, se puede entender la afirmación del “semental” -¿qué otro nombre le vamos a dar? dicho con el mayor de los respetos y las envidias, no por hacerlo con Zerolo, sino por la plenitud de facultades que demuestra- se puede entender la afirmación –repito- sin el concurso necesario de Sonsoles.

Tengo buenos amigos homosexuales y conozco a muchos otros que lo son y en las últimas horas he hablado con varios de ellos, intentando encontrar un significado a las palabras de Zerolo. Ninguno consigue explicarme a qué se refiere cuando habla de “orgasmos democráticos” y todos coinciden en que –independientemente de que el foro no parece el más adecuado- cuando Zerolo cuenta en un mitin del PSOE los orgasmos que “le da” su marido, puede estar reflejando lo que un dicho muy popular recoge. “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”.

Con todo y con eso ¿qué otra cosa podemos esperar de Zerolo? ¿No es ese el papel que le ha asignado Zapatero en su reparto escenográfico? ¿Tiene Zerolo algo más que aportar a los ciudadanos y a España que su militancia activa y destacada en un movimiento que –lejos de reivindicar libertad para la expresión de la sexualidad de cada persona- se empeña en contarnos y empaparnos con asuntos escatológicos que solo a unos pocos interesan?

Lo de “orgasmos democráticos” no es sino un producto más de la factoría del friki Pepiño. Ellos son los que dicen quién es bueno y quién es malo, quién lo hace bien y quién no, quién es patriota y quién antipatriota, quién solidario y quién no y como siempre, quién es demócrata y quién no. Ellos son los que tienen patente para otorgar el carnet de demócrata a los ciudadanos y quienes le pueden negar esa condición a cualquiera. Ellos, con sus titiriteros, sus subvenciones, sus rebaños mediáticos y sus estómagos agradecidos.

Hacen tanto uso del poder y lo usan de tal manera que creen que hasta en eso pueden intervenir, en los orgasmos, otorgándoles –o no- la calificación de democráticos. Nos han dicho lo que tenemos que estudiar, la memoria que debemos tener, cómo han de ser las hamburguesas y qué debemos comer en Navidad. Nos han culpado del mal estado de las carreteras y nos han llamado ladrones –y nos han sancionado económicamente por ello- con el canon digital. Han dejado que Otegui y De Juana Chaos se rían de nosotros y ellos se han reído de todos los españoles. Y en ese estado de las cosas –que no es su estado natural- quieren venir ahora a decidir bajo el amparo de lo “democrático” quién tiene y quién no tiene orgasmos, pues hablar de orgasmos democráticos no puede tener otro significado que el que os comento, que sean designados mediante sufragio quienes han de tener orgasmos en representación de todos. ¡Hasta ahí podíamos llegar! La siguiente es decirnos con quién, y… ¡pachasco me toca con Zerolo!

Hablando de corridas, ¡perdón! de carreras, la que corre que se las pela es Victoria, la “niña de Rajoy”. Una criatura que nacerá el domingo, a través del ejercicio que haremos de nuestro deber y derecho de votar. Una niña que representa el futuro de nuestro país, en el que no hay tiempo ni espacio para las mentiras, las mediocridades y las faltas de respeto a la Constitución, las leyes y las más elementales normas de convivencia. Al menos no puede haber sitio en el gobierno para quienes, como Zapatero, han demostrado sobradamente que no han gobernado desde el tan cacareado talante, sino desde la mentira, la falta de rigor y el fuera de juego.

Yo votaré el domingo y lo haré por Rajoy. Votaré al Partido Popular y lo haré pensando no solo en la “niña de Rajoy” –que ha ido ganando la simpatía y el apoyo de millones de españoles- sino en otros muchos niños y jóvenes. En mis hijos y los de todos los españoles –conocidos o no- que tienen derecho a crecer y formarse en un país libre, seguro, solidario y próspero, con los brazos abiertos al resto del mundo y consciente de la importancia capital de sus tradiciones y costumbres.

Si me lo permitís amigos blogueros, Moura –mi preciosa y encantadora amiga meiga- y yo os hacemos una pequeña y democrática propuesta.

VOTA A MARIANO RAJOY

VOTAL AL PARTIDO POPULAR

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