lunes, 10 de marzo de 2008

Los números


Dice Moura –ya sabéis, mi encantadora amiga meiga- que a ella esto de los números de los resultados electorales le produce cierto tedio y que si se dedicase a analizarlos, perdería mucha de la magia que la envuelve. Por lo tanto, ni corta ni perezosa esta madrugada se ha ido –con la volatilidad que acostumbra- para aprovechar el lluvioso amanecer de Galicia y recuperar el ánimo del espíritu necesario.

Es verdad que ella –al igual que el resto de meigas- no han participado en la larga y cansada campaña electoral que acabamos de pasar, pero la tensión vivida y respirada y la intensidad con que se han desarrollado algunos acontecimientos, sumados al indescriptible dolor por el asesinato de un ex concejal socialista en Mondragón por los matones mafiosos de ETA, la habían sumido en un agotamiento vital del que necesita reponerse inmediatamente. De hecho en estas pocas horas trascurridas desde su ida a Galicia, ya ha recuperado una buena parte de su extraordinaria identidad.

En definitiva, que me ha dicho que me las apañe yo con los resultados electorales y la lectura de los números. Pues, como que tampoco, mira. Que para eso ya están los analistas políticos que para eso cobran ¿no?

No obstante, sí me apetece hacer algunas apreciaciones que a buen seguro me permitís amigos blogueros, ya que una cosa es que no vaya a hacer un análisis político de los resultados del 9M y otra cosa muy distinta es que no tenga conformada mi propia idea.

Desde luego, está claro que el PSOE ha sumado más votos y más diputados que el PP y por lo tanto debe ser Zapatero quien asuma la responsabilidad de gobernar España durante los próximos cuatro años. Eso está tan claro como que el PP ha crecido más que el PSOE en votos y porcentaje, aunque mantenga la misma diferencia de diputados con el PSOE.

Tan claro como eso es el hecho de que la mayor participación no perjudica –como algunos se empeñan en mantener- al PP, sino que el mejor o peor resultado va en función de otros parámetros más relacionados con las estrategias electorales.

En el Partido Popular tenemos una cuestión muy importante sin resolver, que es Cataluña, nuestra presencia, nuestro mensaje y la necesaria estabilidad y permanencia de un líder sólido en aquella tierra.

En el PSOE tienen otra cuestión que deben dirimir en las próximas semanas. Gobernar buscando acuerdos de estado -para lo que debe desaparecer la crispación- o gobernar para el voto radical que le ha permitido crecer en 150.000 votos.

Los españoles tenemos que resolver –a través de nuestros representantes políticos- una manifiesta injusticia que han puesto de relieve una vez más estas elecciones. Nuestro sistema electoral no es justo. Aunque IU no sean santo de mi devoción –mantengo que son unos trasnochados que se han quedado colgados en las invisibles escarpias del tiempo- es absolutamente injusto, sobre todo en la medida en que no se corresponde con la voluntad de los ciudadanos –es decir, no representa lo manifestado por los ciudadanos en las urnas- es injusto, repito, que CiU obtenga 11 diputados con 774.000 votos e IU solo consiga 2 con 963.000. Tan injusto –y poco representativo de la opinión expresada en las urnas- que los nacionalistas vascos obtengan 6 diputados con 300.000 votos mientras el partido de Rosa Díez, también con 300.000 votos, solo obtenga 1 diputado.

Mariano Rajoy no ha ganado las elecciones. Yo creo que el futuro de Mariano Rajoy depende de él, solo de él. Un partido completamente unido y más de 10.000.000 millones de españoles lo apoyamos, por lo tanto tiene todo el margen necesario para decidir.

En Aranjuez, los ciudadanos hemos dicho a través de las urnas que estamos con el Partido Popular. Aquí, habríamos llevado a Mariano Rajoy a la Moncloa. Mi ciudad vota PP. Los ribereños votamos PP.

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