viernes, 28 de marzo de 2008

Responsabilidades


Y si ayer, cuando el malnacido Santiago del Valle fue trasladado a la Audiencia Provincial de Huelva, quienes allí lo estaban esperando con ganas de ajusticiarlo en vivo y en directo lo hubiesen podido coger y lo hubiesen despedazado –a juzgar por las imágenes vistas en todas las televisiones tenían ánimo para ello- ¿nos habríamos rasgado las vestiduras? ¿O sería una lamentable imprevisión de quienes ordenaron y llevaron a cabo el traslado?

De verdad ¿tenemos que ser tan chapuceros en asuntos tan importantes? Ya puestos, les podían haber proporcionado una cámara y una credencial de prensa a los familiares de la niña Mari Luz para que la tensión y las posibilidades de sangre fuesen aún mayores. ¿A quién se le ocurre ordenar el traslado con fecha y hora conocidas? ¿Es necesario provocar aún más desgracias en torno a este ya de por sí desgraciadísimo episodio?

La indignación de los familiares la conocemos y están en todo su derecho de hacer manifestación pública de la misma, pero eso no puede llevar a los responsables del traslado a convertir ese momento en un espectáculo de sombras y sonido –el odio, el intento de tomar la justicia por la mano de cada uno, la necesidad de cambiar sangre por sangre son indudables sombras de nuestra vida- en el que la indignación respetada y justificada da paso a los más ancestrales instintos de nuestra especie.

Lo ocurrido ayer tiene responsables en el ámbito judicial y en el policial. Ya está bien de que algunos tengan patente de corso para cometer errores que en otros ámbitos de nuestra sociedad serían severamente sancionados.

Si un ingeniero, un arquitecto o un médico causan la muerte de personas –aunque sea por un lamentable error, aunque no haya ninguna voluntad de que ello ocurra- se enfrentan a una posible condena en la que pueden perder no solo el derecho a ejercer su profesión, sino incluso la libertad.

Cuando un individuo condenado por abusar sexualmente de su hija se encuentra en libertad, sin cumplir la condena que le han impuesto, y es responsable de la muerte de una niña y de la ocultación de su cadáver ¿no hay nadie que sea responsable de su extraña situación de libertad y por lo tanto de haber creado la ocasión para el fallecimiento de Mari Luz? Y si eso es así, ¿es esa responsabilidad menor o distinta que la que puede tener un ingeniero o un médico por provocar una muerte en el ejercicio de su profesión?

Curiosa –y lamentablemente- mientras nos tienen entretenidos viendo y escuchando el espectáculo de Huelva, la crisis económica se nos va enredando alrededor del cuello sin que Zapatero asuma sus responsabilidades, y el friki Pepiño nos llama una vez más gilipollas al pretender convencernos de que lo democráticamente chachi es que el PP le regale a los nacionalistas lo que el PSOE necesita en la composición de la Mesa del Congreso. Mi voto –igual que el de más de diez millones de españoles- fue al Partido Popular y solo puede y debe ser utilizado para sacar adelante el programa con el que el PP se presentó a las elecciones.

Lo democrático es que la Mesa del Congreso se conforme de acuerdo con los resultados electorales. Si quieren peces que se mojen el culo y cambien la Ley Electoral.

No hay comentarios: