miércoles, 12 de marzo de 2008

La decisión


Me encanta. Sobre todo por lo que tiene de autenticidad, reflexión y valentía. Me gusta porque, independientemente –aunque no sea asunto menor- de lo que supone en la finalización de momentos de crisis y zozobra interna generada desde fuera, nos va a permitir conocer en profundidad a ese gallego que a fuerza de ir en andanas que otros querían dirigir, había dejado de ejercer de gallego en los últimos años.

La decisión de Mariano Rajoy de seguir al frente del Partido Popular y presentarse como candidato a la reelección, me parece un acierto máxime cuando anuncia que lo hará con su equipo, un equipo en el que estoy seguro no tendrán cabida determinados “consejeros” mediáticos que en aras de un supuesto beneficio para el PP, ya habían decidido el domingo por la noche que a Rajoy había que finiquitarlo. Es más, pretendían que se diese pasaporte él mismo.

En mi post de ayer hablaba de que era una chulería irresponsable por nuestra parte –como militantes del PP- permitir que se perdiese el caudal de experiencia y capacidad para dirigir España que ha acumulado Mariano Rajoy y hoy –como militante del PP y como español-no me queda sino alegrarme profundamente por la decisión que ha adoptado.

Es sin duda una decisión muy meditada en la que a buen seguro habrán primado los intereses de España y los del Partido Popular, dejando una vez más de lado lo que el cuerpo le pediría, que me imagino –no hay que ser adivino para intuirlo- estaría más cerca de recuperar lo íntimo y conseguir la paz de lo anónimo.

Sea como fuere, lo cierto es que la decisión de Rajoy me alegra y me satisfará aún mucho más en la medida en que -¿por qué siempre nos quieren comer los nuestros?- saque el buen gallego que lleva dentro y ponga una vez más de manifiesto la capacidad negociadora y de consenso de que ha hecho gala a lo largo de su vida política.

Afrontar desde un primer momento la nueva legislatura con la seriedad y atención necesarias, es primordial para el éxito –del que no me cabe ninguna duda- que Rajoy y el PP obtendremos en las próximas elecciones. Afrontarla con los signos claros del espíritu que va a presidir el trabajo del Partido Popular durante los años que dure -cuatro como mucho- el talante y el talento del que harán gala quienes nos representen ante los enormes retos que están por llegar, es la decisión inequívoca que Mariano Rajoy nos ha trasladado.

Muy a pesar de lo que algunos gurús mediáticos han intentado imponer en las últimas horas -¡al suelo, que vienen los nuestros!- dando por sentada la desaparición de Rajoy, lo cierto y verdad es que la posición de presidente del PP tras las elecciones del pasado 9M, es mucho mejor de lo que lo era antes y sin embargo a quien mejorando en número de diputados se le ha complicado la cosa es a Zapatero. Más diputados, menos presencia parlamentario de radicales e independentistas, IU desaparecida por obra y gracia de la ley D’Hont y Zapatero con una presencia determinante de diputados de otro partido dentro de su grupo parlamentario.

Aunque sea el peor presidente que ha tenido España en la democracia, no lo tengo por tonto y estoy convencido que se habrá dado cuenta ya de la cruda realidad de las cifras. Rajoy 153 diputados del Partido Popular, Zapatero 169 diputados de los cuales 144 son del PSOE y 25 del PSC. Por muy sonriente que aparezca en los medios, no vienen tiempos fáciles para Zapatero. C’est la vie.

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