La historia esta de que el PSOE ha contratado para su campaña electoral un equipo en el que figuran algo así como 14 premios Nóbel, no me dice en principio nada. Mejor dicho, no me decía nada. Me parecía una excentricidad más del histriónico Pepiño, ese friki nacido en Galicia a quien sus compañeros de colegio –ahora galescola-debieron dar muchas collejas a juzgar por el estado en el que lo han dejado.
Sin embargo cuando esta mañana escuchaba la noticia de que Caldera -¿recordáis cómo manipulaba los documentos del Prestige?- se reunirá con uno de esos asesores, un afamado lingüista norteamericano que colabora asiduamente en las campañas del Partido Demócrata para tratar asuntos relacionados con la próxima campaña socialista, se me ha encendido la alarma. ¿Un tipo que habla inglés para asesorar en temas lingüísticos de campaña al PSOE? Eso es que están buscando fórmulas para mentirnos mejor. Nos van a contar milongas -¿acaso ha hecho Zapatero otra cosa durante toda la legislatura?- y están trabajando con los mejores especialistas para ver cómo las disfrazan.
Sin embargo lo que más me ha impresionado mientras me desperezaba escapando del calor de las sábanas y sintiendo los 3 grados bajo cero con los que la madrugada nos recibía en Aranjuez han sido las palabras escuchadas a José Luis Rodríguez Zapatero mientras inauguraba un par de placas solares que ha puesto en la casa que le pagamos en Moncloa. “El cambio climático exige un nuevo contrato del hombre con el planeta” ha dicho Zapatero. Se ve que considera que ya tiene bastante deshecha España, que ya nos ha fastidiado bastante a todos los españoles y ahora aspira a hacerlo con el resto del planeta. Y además lo quiere hacer con contrato y todo.
Por muy políticamente incorrecto que sea, manifiesto una vez más mi discrepancia con este movimiento mundial que intenta hacernos aparecer a los humanos como responsables de un cambio climático que, por insignificantes que pueda reconocernos, está operando la naturaleza al igual que ha venido ocurriendo desde hace miles de millones de años. Lo diga Al Gore, lo digan los ecologistas o lo diga Rita la cantaora. Los 200.000 dólares cobrados por el quien cuando era Vicepresidente de EEUU pasó olímpicamente del tema, por dar una conferencia nos hablan claramente de los grandísimos intereses económicos que se ocultan tras este movimiento. Si existen voces de reputados científicos en defensa de esa teoría, también existen –y con la misma reputación- en sentido contrario. Por lo tanto, menos lobos Caperucita y veamos los datos –el que quiera informarse para evitar la manipulación- con serenidad.
Que Zapatero pretenda liderar internacionalmente la lucha contra el cambio climático me parece una paparruchada. Algo del mismo calibre y con la misma intencionalidad que lo de la Alianza de Civilizaciones. Algo tan hueco e inútil como el tiempo perdido en la lucha contra ETA por la necesidad que tiene nuestro presidente de encontrar un espacio, un reglón, con el que pueda pasar a la historia por haber hecho algo positivo. No lo encuentra porque nada ha hecho que así pueda ser considerado.
Si fuese inteligente, valiente y responsable haría algo por lo que los españoles le estaríamos eternamente agradecidos y que a buen seguro le permitiría ocupar ese renglón en la historia. No me refiero a dimitir –que también, aunque para tres meses que le quedan da igual- sino al hecho de afrontar con rigor de futuro la mejor solución para los graves problemas energéticos que se nos presentan. La dependencia energética que nuestro país tiene del petróleo es, además de la mayor de Europa, sumamente preocupante y peligrosa. Ya es hora de que haga algo –sería la hora para la historia de Zapatero- con seriedad. Es hora de que piense con seriedad en la energía nuclear.
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