miércoles, 10 de septiembre de 2008

Los crispadores


Aunque aquí ya lo sabíamos –la diosa Johansson también se dio cuenta enseguida- él necesitaba contárselo al mundo entero desde la meca del cine mundial. Necesitaba lanzar a los cuatro vientos la calidad de su gilipollez. Vale, ahora ya sabe todo el mundo lo gilipollas que es el vendido Javier Bardem. Estaba claro que tamaño personaje -miembro de esa prestigiosa saga de titiriteros subvencionados para que encabecen manifestaciones contra el PP y para cantar alabanzas al dios Zapatero- la cagaría en cuanto pusiese los pies en EEUU y lo ha hecho, como no podía ser menos, insultando.
Se ve que Zapatero y el friki Pepiño, con la inestimable colaboración de la ViceVogue, han decidido poner de nuevo en marcha la máquina del insulto y la crispación y claro, lanzan en primer lugar a sus peleles subvencionados con dinero de todos para ir abriendo boca. Desde luego la brutalidad de la crisis que estamos padeciendo no la van a poder tapar con estas historias. Ni la crisis ni la sarta de mentiras que nos han venido contando a lo largo de este año para negar algo que era a todas luces evidente.
Estoy convencido que quieren ganarnos la voluntad y el entendimiento por agotamiento. La Ministra Aido a la que le da igual todo (Igual-da), encuentra por fin justificación a la creación de su ministerio y se dedica en cuerpo y alma –de esto último menos- a allanar el camino para que en este país se puedan matar impunemente a los niños antes de que sean paridos.
El sectario -¿recordáis amigos blogueros que lo llevo llamando así desde su nombramiento?, seguro que ya vais entendiendo por qué- ministro Soria, dispuesto a asistir el suicidio de quienes así lo deseen –los interesados o en su caso los familiares- como medida para ayudar a pasar la crisis a determinadas familias, a través de la reducción “asistida” de sus miembros.
El tedioso, insoportable, aburrido y trolero Solbes negando lo que ya forma parte de las hemerotecas como el periodo de más mentiras por frase pronunciadas por un gobierno y escenificando con sus palabras en qué consiste la solidaridad de la izquierda. Que paguen el déficit de la M-30 los madrileños, ha dicho. Yo no soy madrileño, pero me solidarizo con ellos y me solivianto ante tanta memez e hipocresía. Si así pintan a partir de ahora, me parece que le voy a hacer un conciso corte de mangas a Hacienda y no voy a pagar ni un impuesto al Estado. Pagaré los impuestos municipales y los de mi Comunidad Autónoma y que me cuente luego Solbes de dónde sacará el dinero que desde la Comunidad de Madrid aportamos ahora mismo al resto de comunidades de España.
Y ¿cómo no?, el inefable Zapatero, con una escenografía propia de principios de los ochenta -siglo pasado para más señas- se arropa en Rodiezmo con los chistes malos contados por el hermano de Juan Guerra y la presencia del sindicato silencioso a través de su Secretario General Cándido Méndez, que a fecha de hoy aún no le ha puesto ni tan siquiera cara de preocupación a Zapatero por los más de dos millones y medio de parados. Y hace el montaje para engañar a los pensionistas y para llamarnos hipócritas y cínicos a quienes estamos en total desacuerdo con el empeño actual de Aido y Soria.
¿Cuánto tardarán en echarle la culpa de nuestra escandalosa crisis a Sarah Palin? También escucharemos al subvencionado Bardem –seguro que acompañado de su señora mamá- berrear contra ella.

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