miércoles, 3 de septiembre de 2008

La genética


Ya estamos más cerca de aclarar lo de Jesucristo, si es que aún queda alguien que no lo tenga claro. A poco que lea la Biblia, Garzón abre una causa para aclararlo.
Entre los suecos y este juez sobrado de tiempo que pide ahora el amparo del Consejo del Poder Judicial -podía haber pedido opinión antes ¿no?- porque no le van a dejar remover a gusto las miserias de una guerra sobre la que hemos pasado página la inmensa mayoría de los españoles, me quedo sinceramente con los suecos.
No, no creáis que estoy pensando –bueno, alguna vez sí- en aquellas ninfas rubias que traían de cabeza a los españolitos del despertar de la España turística puesta en marcha por personajes tan inolvidables como Zaragoza, el buen alcalde de Benidorm ya desaparecido. Pienso en científicos –ignoro su sexo, aunque lo supongo- suecos. Maravillosos hombres de ciencia que acaban de librar a la cuarta parte de la población mundial de los desagradables follones que se pueden derivar de una infidelidad descubierta.
Según ellos –si al menos once millones de españoles creyeron las mentiras de Zapatero en la pasada campaña electoral, no veo por qué no vamos a poder creer a los científicos suecos- el causante de la infidelidad en el 50% de los hombres es un gen, el Alelo 334. ¿Os dais cuenta amigos y AMIGAS blogueros del cambio que esto supone en las relaciones de pareja?
“Pepa, que tengo el Alelo un poco subido de tono y hoy llegaré tarde a dormir”, o “Antonia, que he quedado con los amigos que vamos a relajar un poco los Alelos”, o “Cariño, esto no es lo que parece, es un arrebato del Alelo”. En fin, así hasta donde la imaginación os dé, podríamos estar soñando con la justificación siempre buscada.
Este descubrimiento, que indudablemente ha de cambiar la forma en que millones de parejas se han enfrentado a situaciones muy complicadas, tiene sin embargo una parte que se me antoja un poco dudosa. ¿Qué pasa con el otro 50% de hombres?, los que no tienen el gen Alelo 334.
Y con las mujeres ¿qué pasa? A partir de ahora la mitad de las que eran cornudas dejarán de serlo por causa de la genética. ¿Será esto un motivo de alivio o por el contrario lo esgrimirán como causa de nulidad del matrimonio?
Me imagino que en breve las féminas exigirán que en el DNI de los hombres figure –como dato tanto o más relevante que la fecha de nacimiento- la existencia o no del cachondo Alelo 334. Está claro que los del Alelo lo tendrán más crudo a partir de ahora para encontrar pareja estable.
A lo mejor alguien puede pensar que lo de estos científicos suecos son ganas de notoriedad y de perder el tiempo. ¿Más que Garzón?

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