martes, 10 de abril de 2007

El paréntesis







La Semana Santa –se mire como se mire- es sagrada. Y como tal he efectuado este paréntesis que me ha permitido acercarme una vez más a Galicia. De los días de sol disfrutados no voy a hacer ningún relato para evitar así más de una envidia por parte de quienes hayáis elegido cualquier otro rincón de España para pasar estos días. Baste decir que en algunos momentos las temperaturas y el sol se correspondían con lo que allí suele encontrarse en pleno mes de julio.

He escudriñado varios rincones con la lejana esperanza de encontrar algún vestigio que me permitiese acercarme algo más a las meigas y algunos (más sentidos que vistos) he podido percibir aunque, posiblemente por irlas buscando, ellas han preferido no mostrarse. Sí he tenido, sin embargo, la oportunidad de hablar con buenos amigos sobre mi blog y compartiendo conmigo vivencias únicas han tenido la amabilidad de contarme algunos hechos relacionados con meigas y otras extrañas criaturas.

Curiosamente algunos me hicieron referencia a la Procesión das Xans. Y digo curiosamente, porque cuando esta mañana he leído en el Blog el comentario que hace Carmelo a la 2ª parte de El Encuentro, menciona y describe esta procesión que se diferencia claramente de la Santa Compaña. Os aconsejo leer dicho comentario (haciendo clic al final de El Encuentro (parte II)) para una mejor comprensión de algunas futuras afirmaciones.

Haríamos mal si nos centrásemos, por la necesidad/curiosidad que cada uno podamos tener de ir conociendo si realmente se encuentran algunas meigas entre nosotros, haríamos mal –repito- si nos centrásemos solo en las características conocidas de las meigas, o en acontecimientos como el relatado en El encuentro y su relación con la Santa Compaña, para ir analizando las actuaciones más destacadas de distintos personajes públicos de Aranjuez o de la geografía nacional. Nos impondríamos voluntariamente una limitación que en nada beneficiaría el resultado de nuestra labor de observación y análisis y podría dejar en algunos casos sin respuesta enigmas y cuestiones que, si no es por fuerza de causa mayor, es bueno que queden sin sombra de duda.

No es menos cierto que nos perderíamos -y aún así lo haremos aunque establezcamos límites lógicos- si acometiésemos nuestra empresa echando mano de todo extraño ser dotado de poderes extraordinarios haciendo omisión de la cultura, la geografía y el tiempo en que han existido o han sido conocidos. Por mi origen gallego, que aún corre con fuerza por mis venas, al denominar Las Meigas a este blog he querido enmarcar el ámbito mitológico en el que me quiero mover y por lo tanto los extraños seres sobre los que hablaremos. En otras culturas, geografías y tiempos encontraríamos seguro otras criaturas que podrían servirnos al mismo objetivo -o no-, pero no las vamos a utilizar.

Mi adopción como ribereño (arancetano intimidará alguno) que también llega a mis venas mezclándose y confundiéndose con el fluido gallego, me lleva a buscar en las raíces de la historia de nuestro Aranjuez la posible existencia de seres que pudieran compartir esta experiencia con los venidos a través del recuerdo desde Galicia. ¿Que no los hay? ¿Seguro?

Es bien cierto que puede que no encontremos grandes paralelismos entre Aranjuez y Galicia (salvedad hecha de la belleza de ambas) pero seguro que andando este camino no tardaremos en encontrar criaturas extraordinarias de esta ribera del río Tajo que nos ayuden a conducir en este viaje. Galicia, al menos en apariencia es más proclive a ello. Es difícil que imágenes como las que hoy nos ilustran (en las que por motivos obvios he tachado algún dato) se puedan encontrar fuera de esa tierra que se siente celta por los cuatro costados. Una tierra en la que vivir y morir es muy importante. Tanto que vida y muerte se encuentran continuamente y confluyen sin invadirse para permitir el fluir sereno de cada una de ellas.

2 comentarios:

El Alquimista dijo...

Creo yo José María, que juegas con ventaja con eso de las meigas. Las tienes bien definidas y por lo que parece alguna ya ha querido mantener contacto contigo. Tal vez se te pudo insinuar sin tú llegar a darle la oportunidad que el momento merecía.

Y digo que juegas con ventaja porque aquí la orografía de esta comarca es escasa por no decir que es nula. Y una buena orografía da para mucho en cuestión de akelarres. Desconozco si en la historia de Aranjuez actuó el Tribunal eclesiástico como inquisitorio y si en algún momento se llevarían a cabo maléficas reuniones invocando al demonio en forma de macho cabrío.

Yo como mucho me conformaría al encontrarme con algún duendecillo, gnomo o elfo por los jardínes que me parece a mi que son personajes menos siniestros y más afables.

De todas formas no hubiera estado mal que se hubieran vivido en Aranjuez historias de brujería. Lo digo porque sí que hubiera dado un poco de vidilla a nuestra lúgubre y aburrida historia Real. Quién sabe si tal vez, en esta parte de la historia que nos toca, estemos viviendo bajo la oscura sombra de algún maleficio, o en manos de algún macho cabrío que nos lleva a despeñarnos precipitándonos al vacío.

Será cuestión de ponernos manos a la obra y experimentar a ver si conseguimos una transmutación, que con buenos materiales el resultado puede ser excelente.

Fati dijo...

Hola!
Soy una joven gallega y solo quería comentar que muchas veces he oído que las meigas no son el equivalente total a las brujas en castellano, puesto que las meigas son una especie de "brujas buenas". De hecho, en gallego también existe la palabra "bruxas", que son las que tienen ese carácter más maligno y se dedican a hacer daño,adorar al maligno y todas esas cosas que se supone hacen las brujas.
Las meigas son algo más parecido a las curanderas...
Bueno, esa es sólo mi opinión, tampoco soy gran entendida en el tema jaja
Saludos!