lunes, 11 de febrero de 2008

El manazas


Si tuviese que buscar una definición para el término “manazas”, lo más rápido e ilustrativo sería ponerme a mí mismo como ejemplo tratando de solucionar un problema en mi ordenador. Durante la última semana ni mis reiteradas consultas a Moura –que por cierto de informática anda más o menos como yo- ni la lectura de revistas especializadas que me orientaban sobre cómo salvar mi ordenador, me han servido para reducir la matanza –ha sido una verdadera carnicería informática- a la que lo he sometido.

Eso –y la necesidad al final de toda la encarnizada lucha de formatear el disco duro- es lo que me ha tenido apartado de vosotros amigos blogueros durante muchos más días de los que me hubiese gustado. Y con el formateo del disco mi última metedura de pata, al no salvar la lista de contactos del correo electrónico. Por eso, aunque a todos los que formabais parte de esa lista os tengo en mi memoria –como personas, como amigos- a prácticamente ninguno conservo como contacto de e-mail. Aprovecho este momento y estas líneas para pediros que me enviéis un correo de recordatorio a mi dirección, a la que conocéis de siempre, para ayudarme a recuperar vuestras direcciones.

Aclarado el motivo de mi larga ausencia, me gustaría comentaros un par de cosas relacionadas con los últimos temas que los medios de comunicación han reflejado en sus noticias.

Como era de esperar, los titiriteros están pagando a Zapatero el gran favor del Canon Digital. No me extraña que pidan el voto para el peor presidente que ha tenido nuestro país desde antes que Adolfo Suárez iniciase la Transición. En definitiva se mueven por la pela, única y exclusivamente por la pela y claro, ¿cómo van a pedir el voto para quien ya les ha anunciado que eliminará el Canon Digital? Hacen lo que era previsible. Piden el voto para quien les mantendrá el pesebre, un pesebre sustentado en la insultante idea de que los españoles nacemos ya con la decisión de delinquir. Hace bien Rajoy en denunciar la actitud de estos chupópteros y hará mucho mejor en eliminar radicalmente el Canon vergonzante.

Y puestos a hablar de Rajoy, estoy de acuerdo con él en la exigencia de respeto a los inmigrantes para las costumbres españolas. Vale que a la factoría de insultos e idioteces que dirige el friki Pepiño se lo ha puesto fácil con lo de las costumbres españolas, pero una vez que se superan los chascarrillos facilones, la realidad es que todos entendemos a qué se refiere Rajoy con esta expresión.

Cultural y espiritualmente, como sociedad, somos occidentales y como tales tenemos una serie de valores –no necesariamente recogidos en las leyes-, unas tradiciones y unos modos de comportarnos y relacionarnos entre nosotros que han de ser respetados por todos aquellos que buscando la paz, la libertad, el desarrollo intelectual y económico, el confort y el bienestar, viene a convertirse en iguales a nosotros en derechos –e iguales han de ser- en una tierra por la que nosotros y todas nuestras generaciones precedentes hemos trabajado desde esos valores occidentales.

Y no tiene nada que ver esto con la xenofobia, ni con el rechazo a sus costumbres. Más bien al contrario. El respeto a sus costumbres –solo las legales- y tradiciones, cuando están en nuestro país, estará garantizado por las leyes españolas y por el respeto de ellos hacia el país que los acoge como ciudadanos propios.

Es fácil, muy fácil de entender, aunque los voceros de la izquierda manipuladora querrán echarnos siempre encima el fantasma de la xenofobia. Pero ya sabemos sus métodos. Ya no nos engañan.

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