miércoles, 25 de junio de 2008

Bea


Contrastes de la vida. Contrastes que nos recuerdan que estamos vivos, que tenemos piel para sentir y cerebro para notar. Son los contrastes del blanco y el negro cotidianos entre los que bailan a un son rítmico las tonalidades múltiples del resto de colores.

El calor agobiante de los últimos días merma mis posibilidades para enfrentarme al teclado. El calor también lo siente mi piel y lo nota mi cerebro transformando el repiqueteo con fundamento de las teclas en un arrastrarse penoso de los dedos intentando localizarlas. Llega el momento –bueno, me gustaría que llegara ya- de explorar junto con Moura las siempre nuevas sensaciones que la umbría del amanecer de Galicia proporciona. Administrativa y laboralmente aún no ha llegado el día, pero anímicamente me escapo para allí cada vez que con un resoplido digo ¡qué calor!

Mientras, la selva en que el gobierno socialista que dirige -¿?- el alcalde Dionisio en Aranjuez está convirtiendo alguna zona de esta maravillosa ciudad –incluida mi calle, por supuesto- nos regala cada día con nuevos sinsabores. Obras de seis meses metidas ya en el año de duración, paradas en condiciones insalubres e inseguras sin explicación alguna, alcorques en los que se pueden obtener bambús de más de metro y medio de altura, tomas de luz pública sujetas al más puro estilo chino, basuras indebidas en lugares inadecuados en cantidades de más de un día y una escandalosa sensación de inseguridad, ante la más parsimoniosa inactividad de quienes tienen la obligación y la responsabilidad de velar por el bienestar de los ciudadanos, de TODOS los ciudadanos. Me gustaría poder pensar que no tienen clara idea de quien vive en cada calle, pero me cuesta visto lo visto.

De todas formas, por dejar las cosas completamente claras quiero expresar en este vuestro/mi blog que yo he visto Bea. Sí queridos amigos blogueros, posiblemente ya no continúe viendo esa serie porque ha llegado a donde esperaba que llegase y, precisamente porque ha llegado al punto que yo esperaba, quiero reiterar –para que lo tengan bien claro los sectarios- que YO HE VISTO BEA.

El contraste de la vida lo ponen dos poetas en torno a los 40. El gran poeta con estrellas, que se despide del uniforme después de 40 honrosos años de servicio a España, con lo que lo tendremos más enredado con la pluma, generando belleza y sentimientos para alegría de los que lo queremos y admiramos –un fuerte abrazo Juan Carlos- y el poeta urbano que tras la constatación de haber dormido 40 noches de San Juan estoy seguro que entra en un momento vibrante para los sentidos y los sentimientos que a buen seguro plasmará en más tardes de lluvia –felicidades Francis-.

Los contrastes de la vida. Lo inmundo y lo sublime. Diego y Alvaro los de Yo soy Bea.

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