Todos somos presuntos delincuentes. Al menos eso es lo que dicen el gobierno y la SGAE. Se pasan la Constitución –una vez más- por donde les cabe y se saltan a la torera la presunción de inocencia que nos debe amparar a todos los españoles. Es más, fomentan la delincuencia, ya que pagamos por un delito que no hemos cometido entra en la más pura lógica que a partir del pago nos dediquemos a delinquir. Al fin y al cabo se trata de buscar el equilibrio. Es decir, ya es una aberración el hecho de que nos consideren delincuentes y nos hagan pagar por ello sin demostrar que hemos cometido el delito y sin juicio previo, pero sería inadmisible bajo cualquier prisma que nos quisiesen condenar dos veces por el mismo delito. Por lo tanto, condenados y pagada la condena, tenemos derecho a cometer el delito.
Esto que dicho así no pasa de ser un razonamiento lógico pero muy simple, no es sino el resumen de un debate que tiene muchísimo más calado del que puede aparentar. No es un tema que afecte solo a los aficionados a la música, a los jóvenes –teóricos usuarios mayoritarios de las nuevas tecnologías de la grabación y reproducción- o a los internautas. Nos afecta a todos, a todos sin excepción. ¿Quién hoy en día no utiliza para distintos cometidos CD’s, DVD’s, mp3, grabadoras, impresoras…? ¿Los pendrive los usamos todos para copiar música? Los documentos elaborados por nosotros mismos, en los que solo existen conocimientos, ideas, trabajos nuestros ¿cómo los salvamos con una copia de seguridad? ¿nos los tatuamos en la punta del…? ¡Pues menuda forma de limitar la producción intelectual!, porque en ese caso no contaría la calidad, sino la cantidad…de espacio donde tatuar.
La propia administración, los funcionarios, las empresas independientemente de su actividad, los propios funcionarios de Hacienda, las ONG’s, la Guardia Civil y la Policía Nacional, los jueces y magistrados, el Congreso y el Senado, los católicos, los musulmanes y los budistas, los niños y los ancianos, los negros, los blancos y los amarillos, hasta la Vice-Vogue. Todos presuntos delincuentes. ¡Esta medida sí que es igualitaria!
Al margen de la indecencia que supone el que nuestros gobernantes nos –se- consideren presuntos delincuentes por el mero hecho de satisfacer las desmesuradas aspiraciones económicas de una sociedad, que no representa ni con mucho a todos los autores de nuestro país, lo que está muy claro es que este es el principio del nuevo sistema impositivo al que nos va a someter Zapatero si gana las próximas elecciones generales.
Si no os lo creéis amigos blogueros, estad atentos –no se os pasarán desapercibidos- a los próximos movimientos fiscales que hará este defensor de los titiriteros de la farándula subvencionada. Llevamos viéndolo amagar desde hace unos años y no nos estamos percatando de cuales son sus tendencias, sus intenciones. Un nuevo modelo impositivo basado en la presunción de culpabilidad que permitirá a Zapatero seguir vaciándonos los bolsillos para que él pueda repartir subvenciones a troche y moche en función de su interés lectoral.
¿Para qué pensáis si no que se está entrenando el Director General de Tráfico durante esta legislatura? ¿Acaso ha hecho algo distinto a experimentar distintos sistemas de persecución recaudatoria? El próximo paso está claro, un impuesto directo en los carburantes por las posibles infracciones de tráfico que podamos cometer. Ese es el camino por el que van y no pararán salvo que los paremos en las urnas. Y para las bicicletas –no creáis que librarán a los ciclistas- como no consumen carburante dos alternativas. Impuesto en las comidas que generarán la energía necesaria para que delincamos con la bicicleta o impuesto directo al echar aire en las ruedas.
Por supuesto amigos blogueros guardaros mucho de copiar la letra o la música de cualquier canción en papel. De momento los folios no están penados con el Canon Digital, aunque solo es cuestión de tiempo y de necesidad de cuartos para regalar en subvenciones.
Puestos así, a lo mejor deciden hacer un paquete impositivo preventivo. Ya que de lo que hablamos es de impuestos preventivos, de impuestos que vamos a pagar porque el gobierno de Zapatero nos considera a todos delincuentes, esto se resuelve mejor de una vez y en el momento adecuado. Es decir, que cobren a los padres en el momento del nacimiento de los hijos un impuesto por cada uno nacido, ya que Zapatero considera que han parido un presunto delincuente.
Curiosa cuanto menos la doctrina que inspira a este nefasto Presidente. Por un lado castiga con la imposición del Canon Digital a millones de españoles que deberíamos gozar de la presunción de inocencia que nos reconoce la Constitución y por otro lado va a modificar la Ley del Aborto para que trabajen dentro de la legalidad los que trituraban y vertían al alcantarillado público cadáveres de fetos que eran seres vivos hasta que ellos les pusieron encima sus infectas manos. Esos son los valores de quien dirige nuestro país. Lo demás son espejismos.
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