Sinceramente, estamos mareando la perdiz. Las cosas a veces son mucho más simples de lo que aparentan. Los múltiples matices que se podrían añadir a la convocatoria de la manifestación que por la derrota de ETA se va a celebrar hoy, no dejan de ser –con toda la carga de razón que puedan tener- meros obstáculos para lanzar un firme mensaje de condena y rechazo a la banda asesina.
¿Qué no va Zapatero?, pues que no vaya. ¿Qué sabemos que en cuanto nos demos la vuelta va a intentar negociar con ETA?, pues ya lo sabemos. ¿Qué darán todas las largas posibles para no instar la ilegalización de ANV?, no es nada nuevo. ¿Qué seguirán velando por mantener sus espléndidas relaciones con el mundo de los asesinos?, exactamente igual que hasta ahora. ¿Qué ningunearán, ignorarán, humillarán e incluso perseguirán –ahí tenemos al bueno de Alcaraz ante los tribunales- a las víctimas de los terroristas?, igual, igual que desde el primer momento de la llegada de Zapatero a la Moncloa. ¿Qué seguirán llamando accidentes a los brutales atentados de los mafiosos asesinos?, como hasta ahora, ¿o acaso el friki Pepiño sabe hablar más allá de los insultos que vomita continuamente contra el PP y contra la AVT?
Todo eso y muchas otras barbaridades conocemos desde hace años –casi cuatro- y todo eso y mucho más venimos aguantando desde hace años, muchos años, muchos más de cuatro años. ¿Y ahora nos vamos a volver remilgados? Ahora que la pancarta de la cabecera pedirá la derrota de ETA –no la desaparición, ni la disolución, ni la solución del conflicto, sino la DERROTA- ¿vamos a andar con matices, con condiciones previas?
El bosque y los árboles llevan obstaculizándose toda la vida y así seguirá siendo por los siglos de los siglos, sin embargo está entre nuestras obligaciones, las que tenemos como ciudadanos demócratas, como defensores de las libertades en un país en el que unos desde el chantaje, la amenaza, el terror y otros desde la mentira, el chanchullo, la mediocridad intentan recortárnoslas –las libertades- con la muerte unos y con la semántica otros, está entre nuestras obligaciones repito, intentar desbrozar para ver con la mayor claridad posible.
Que Zapatero no vaya a la manifestación, que vuelvan a negociar con ETA, que no ilegalicen a ANV, que mantengan relaciones con los asesinos, que intenten humillar a las víctimas y que intenten hacer aparecer como accidentes los macabros asesinatos de ETA tiene solución fácil y sencilla. Es tan sencillo como introducir una papeleta en la urna en las próximas –cercanas- Elecciones Generales. Ahí es en donde podemos terminar con esta sangría de deshonor, claudicación y engaño. No con la manifestación de esta tarde, sino en las urnas.
Por eso, los numerosos matices que se pueden añadir a la convocatoria de hoy, no son sino un esfuerzo inútil que solo puede servir para dar al traste con una oportunidad que no sabemos si volverá a presentarse. Caminar todos juntos –no hace ninguna falta Zapatero- para exigir la derrota de la banda asesina debe ser el único objetivo que nos planteemos para hoy, porque hoy no se celebran las Elecciones Generales.
Las víctimas y sus familiares son los grandes damnificados de la acción asesina de ETA, con las víctimas estamos siempre que nos llaman, su lema de Memoria, Dignidad y Justicia es la bandera que nos mueve a millones de españoles desde hace años. Hoy vamos a manifestarnos por la libertad, por la derrota de ETA y –como siempre- por mantener viva la memoria de las víctimas. Hoy queremos caminar tras una única pancarta tal y como venimos reclamando desde hace tiempo, mucho tiempo, demasiado tiempo. En el dolor también hay obligaciones. Hoy a las víctimas les toca estar con nosotros, con todos los españoles.
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