miércoles, 28 de enero de 2009

Nos despistamos


Vale, seguimos siendo igual de inocentes. Me refiero amigos blogueros a los militantes y dirigentes del PP. Cuando al friki Pepiño le da la gana ponemos patas arriba nuestra casa, nos enredamos en cuitas inexistentes con nuestros compañeros de partido y empezamos a poner papeles y justificantes encima de la mesa como posesos.
Ser honrados y transparentes está bien, muy bien, y si alguno no lo es –eso primero hay que demostrarlo- se le pone en la calle tanto en militancia como en responsabilidades políticas. Eso sí la no inocencia debe ser demostrada con pelos y señales, que uno a estas alturas de la vida empieza a estar hasta los mismísimos de los cubos de agua del honor de las personas tirados a la calle que después son imposibles de recoger. El que acuse que lo demuestre y si acusa en falso que lo enchironen una temporada.
En este país aún no se nos ha dicho judicialmente quién es el Señor X de los Fondos Reservados del Estado, aquellos fondos que en el gobierno socialista de Felipe González utilizó para combatir a ETA -¿solo a ETA?- desde las cloacas del Estado. En este país seguimos sin saber quiénes, por orden de quién y cómo se cometió la barbarie del 11M. En este país seguimos esperando a que los corruptos que robaron miles de millones de pesetas del Estado durante los gobiernos socialistas de Felipe González, sean condenados y vayan a la cárcel. Este país...
Y nosotros ¡hala, venga papeles, venga puñaladitas, venga pataditas en las espinillas!
El lunes pasado Zapatero estuvo en “Tengo una pregunta para usted” y contestó con mil mentiras para todos. Se rió de nosotros, de todos. Negó todo aquello que todos tenemos aún claro en la retina, el oído y la memoria. Demostró una vez más que es un perverso producto del marketing y el dominio escénico que está dispuesto a continuar hundiendo este país. Fue capaz de establecer una diferencia entre armas de guerra buenas y armas de guerra malas –las que le vendemos a Israel no son malas ya que “no matan palestinos”- y toreó al personal respondiendo milongas propias de vendedores de mantas.
La situación del país –me refiero a éste, a España- es de vértigo, al borde del abismo. La destrucción de empleo, la incertidumbre de las familias, la amenaza diaria de cierre de más y más empresas y ese mareante discurso de Zapatero -¡vaya cara dura tiene!- moviendo y manipulando las cifras y los meses a su antojo y capricho, son lo suficientemente graves como para que dejemos tranquilos a nuestros “enemigos” y nos centremos en nuestros adversarios. Que investigue la justicia y llegue hasta el final en el tema de los “espías”. Está claro que quieren hacer daño al PP y de manera muy especial –se ve que ahí es donde más les duele- a Esperanza Aguirre.
Estamos a pocas semanas de procesos electorales importantísimos para España. Las elecciones al Parlamento Europeo y las autonómicas en Galicia y País Vasco. El asunto de los supuestos espías lo pone en marcha El País, con lo que las explicaciones de Zapatero sobre la destrucción de empleo, su ninguneo al Parlamento y las mentiras contadas por él y sus voceros sobre la inexistencia de crisis económica han dejado de ser los titulares de la prensa.
Son unos maestros y nosotros unos pardillos. Y mientras la buena de Izaskun pidiéndole un empleo en la Moncloa, ignorando que su existencia es una milagrosa y maravillosa burla al aborto que propugna Zapatero.

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