jueves, 5 de julio de 2007

El hediondo



No sorprendió nada en el debate sobre el Estado de la Nación. Las tildes que ya estaban escritas con anterioridad se pronunciaron con mayor énfasis que de costumbre, pero nada nuevo bajo el sol. Ni siquiera el chequevoto que Zapatero prometió al final de su discurso supuso ninguna innovación sobre lo esperado y previamente escrito. Sí, nos reafirmo a quienes –entiendo aunque no comparto que otros no piensen así- pensamos que es un vendedor de mantas venido a presidente.

Aquello sonaba a ni mil, ni mil quinientos, ni dos mil, sino dos mil quinientos euros…y además de regalo le doy esta maravillosa navaja de Albacete. Exactamente igual. Lo único que en vez de vendernos una manta, estaba queriendo comprarnos unos votos. Por lo demás, Alicia en el País de las Maravillas. Parecía que al terminar su intervención, como no alcanzaba a darse besos en la cara él mismo, de pura satisfacción se iba a tirar de mocha para hacerse unos largos alrededor del hemiciclo. ¡Ridículo en su manifiesta deformación de la realidad que vivimos los españoles!

Mariano Rajoy, con los pies más cerca del suelo que Zapatero, se empeñó en monotemizar -¡vaya palabro que me acabo de sacar de la manga, mejor dicho, del teclado!- y perdió una ocasión de oro para apear a Zapatero de su idílico discurso. Es verdad que dispuso sólo de 40 minutos para su intervención, pero no es menos cierto que Zapatero solo empleó 76 y nos contó todas las milongas que una persona –enferma de amor por ella misma, pero persona al fin y al cabo- es capaz de imaginar. Hay que aprender a sintetizar. Los millones de mileuristas que no consiguen llegar a final de mes y que no pueden plantearse el acceso a una vivienda, se quedaron con los ojos como platos al escuchar decir a Zapatero que ahora están mejor que cuando gobernaba Aznar y esperaban una respuesta clara y concisa por parte de Rajoy.

El resto del debate –ya se sabe- un peloteo tonto y caro entre Zapatero y los demás portavoces parlamentarios, en el que solo empezó a marcar distancias –siempre han sabido anticiparse a los resultados electorales- el portavoz de Convergencia. Abrazos van, besos vienen. ¡Qué bien lo haces Presidente, necesito un AVE! ¡Contigo España es más, dile a Marcelino que pacte conmigo! ¡Gracias por existir Zapatero, constrúyeme una auto vía hasta el ambulatorio! Y luego algunos pretenden que deje de insistir en la necesidad imperiosa que existe en este país de cambiar la ley electoral.

Dentro de lo rutinario –y poco edificante- del debate sí me llamó la atención por desagradable, mentiroso y repugnante la intervención de López Garrido, el portavoz del Grupo Socialista. El tío ya de por sí es harto desagradable siempre que habla. No me extraña que esté en el Congreso en vez de ocupar su puesto en la Universidad. Seguro que cuenta con el voto fijo de todos los estudiantes de derecho. Lo votan para no tener que aguantarlo en clase. ¡Vaya tío repulsivo!

Si ese es el papel que sus jefes le han dicho que tiene que desempeñar, pues que lo haga, pero seguro que puede encontrar fórmulas que satisfagan a ZP y la Viceescándalo y que nos resulten menos nauseabundas a quienes presenciamos su intervención. A veces solo le falta escupir hacia los bancos del PP. Si pudiese, los untaría en brea, después los envolvería en plumas de gallina y para terminar les mearía encima. Así de pútrido e infecto es el susodicho cuando se pone a hacer balance de las supuestas bondades de Zapatero en el gobierno.

Las cosas no han cambiado entre antes y después del debate. A ojos de los españoles no creo que este debate haya servido para nada. ¡Allá ellos!, los oradores. Nosotros hemos cumplido con nuestra parte, es decir, los hemos escuchado con atención y con una buena dosis de paciencia.

Mientras, los de siempre, los que saben que ZP es un encantador de serpientes al que consiguieron hincar de rodillas durante tres años, se siguen dedicando a lo de siempre, dándole la razón –porque la tiene- una y otra vez a Mariano Rajoy. ETA iba a asesinar durante el debate. Una vez más la Guardia Civil estuvo a la altura.

1 comentario:

El Alquimista dijo...

Yo creo que algo sí que ha cambiado después del debate y es el concepto aún más claro de que España necesita otro presidente con urgencia.

En cuanto a la venta de artículos de broma de "este presidente", la de los 2500 euros no se ha dejado hacer esperar para todos aquellos que ya han solicitado información.
Y desde luego que será bien recibida esta ayuda, pero igual que todas. Lo que hay que ver y se verá dentro de nada es el número tan elevado de solicitudes que habrá por parte de inmigrantes que serán los grandes beneficiados. Seguramente el porcentaje de niños nacidos de padres inmigrantes, superará al de hijos de padres españoles no inmigrantes.