lunes, 3 de noviembre de 2008

La mesa


Me han cambiado la mesa. Ya me gustaría saber quien ha sido, pero lo cierto y verdad es que esta es distinta. Distinta altura, distinto fondo, hasta distinta colocación. La cosa no tendría mayor importancia –al menos para mí- sino fuese por el pequeño detalle de que ahora veo las teclas de mi teclado desde un ángulo distinto al anterior, lo que indudablemente influye de manera determinante en el campo visual que tengo de lo que ocurre y circula por debajo de las teclas.
Ahora, cuando me siento al borde de alguna de ellas, veo con más detalle –y en algunos casos con mayor nitidez- a los personajes de la vida que van transitando por debajo de los colgados pies de mi imaginación. Os comento esto amigos blogueros por si percibís en mis comentarios sobre tal o cual protagonista de la actualidad –o atrasalidad, si valiese la palabra que ya sé que no vale- una rotundidad no utilizada hasta este momento. Será fruto de la mayor nitidez que me proporciona el nuevo ángulo de inclinación del teclado de mi ordenador, debido al cambio de mesa.
Para quienes leéis este blog –sabéis que os lo agradezco de corazón, pues es escrito para ser leído- en el formato de blogger, sabéis que los comentarios están moderados. Los modero yo. Así lo planteé desde el comienzo y así seguirá siendo ya que lejos del anonimato que alberga a la inmensa mayoría de quienes utilizan este medio de comunicación, yo escribo con mi nombre y apellidos reales.
Algún lector bloguero –me da en la nariz que sin mucho ánimo de compartir amistad con este menda- me envía algún comentario tan escaso de cerebro y conocimiento como lleno de injuriosa maledicencia. Y lo hace de forma anónima y retándome a que pruebe mi falta de cobardía publicando su comentario. Solo estas pocas líneas para decirle a este lector que en mi/vuestro blog escribo lo que quiero, lo escribo para mis amigos y mis amigos no se ocultan en el anonimato ni pretenden ofenderme con escritos salidos de mentes podridas y enfermas. Por lo tanto, remitente anónimo me da igual lo que me escribas, no será publicado. ¡Ah! y que te den.
Tanto prestar atención al pedigüeño Zapatero en su peregrinar por el planeta buscando el billete para Washington –hoy por cierto le va a pedir amparo y consuelo a Durao Barroso, el de la “foto de las Azores”- que se me van pasando algunas historias de Aranjuez, mi querida ciudad, que tienen interés para muchos de nosotros.
Andan a la gresca los socialistas locales y algunos de ellos han decidido mostrar públicamente en qué consiste eso del “talante”. Al que discrepa le cortan el cuello –políticamente, se entiende- y le amenazan con expedientarlo para que calle. Siempre han resuelto así sus cuitas internas estos demócratas de postín aunque me da en la nariz que esta vez la cosa no va a ser tan sencilla. Quienes desde su propio partido no vieron con buenos ojos la llegada de Dionisio a la alcaldía de Aranjuez, son conscientes en este momento de las barbaridades cometidas durante cinco años y medio y de la enorme trascendencia que para la historia de esta ciudad tendrá la dejación y el desgobierno –no confundir con falta de control sectario- al que la han sometido durante este tiempo.
No me extraña que haya algunos socialistas ribereños que no quieran aparecer como compañeros de viaje del Alcalde Dionisio después de ver cómo ha dilapidado el futuro de Aranjuez.
Seguramente algunos de vosotros amigos blogueros habréis oído que los populares de Aranjuez también están con algún baile de este tipo. Esa es otra historia que no se parece en nada a la de los socialistas. En el Partido Popular de Aranjuez puede empezar el tiempo de sumar para retomar el camino de conseguir un Aranjuez mejor. Un tiempo para hacer, no para deshacer. Un tiempo para sumar esfuerzos y voluntades, no para sumar descontentos. Aranjuez y los ribereños se lo merecen.

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