jueves, 13 de noviembre de 2008

La bici


Científicos del Instituto Max Planck de Neurobiología (Martinsried, Alemania) y del University College de Londres (Reino Unido) han presentado un trabajo en el que explican los motivos por los que habilidades como montar en bicicleta no se olvidan nunca. "Dado que es probable que una experiencia vuelva a suceder en algún momento, el cerebro, aparentemente, opta por conservar unos cuantos apéndices [nuevas conexiones] por si acaso".
Esta conclusión aparentemente inocua, lo es en tanto en cuanto se puede referir al conocimiento o al desarrollo de nuevas habilidades como la ya mencionada de montar en bicicleta. Es más, en algunos casos puede ser no solo inocua, sino incluso placentera.
Tomemos el ejemplo de los dos terroristas de ETA detenidos este miércoles en Francia. Iban en bicicleta –seguramente para dar un “agradable” paseo de 60 kilómetros hasta la frontera y pasar desapercibidos a las fuerzas del orden- y ahora la justicia los enviará presumiblemente a pasar una buena temporada en la trena. Pueden ir tranquilos a cumplir con su condena ya que cuando salgan –cuanto más tarde mejor- podrán volver a montar en bici porque no se les habrá olvidado. No me digáis amigos blogueros que no les ha de dar satisfacción esto. Casi tanta como a nosotros el verlos encerrados.
Cuando la policía, la guardia civil o la gendarmería francesa detienen a algún mafioso de ETA y le pillan con armas o explosivos encima, la satisfacción es doble ya que se les supone una mayor cercanía en el tiempo a la comisión de alguna de sus horrendas andanzas. Es decir, se les detiene porque ya han hecho alguna barbarie, pero se les impide con la detención que cometan la que tuvieran ya preparada. Es aquello de “el que da primero da dos veces” tan de nuestro refranero popular expresado más calientemente por los franceses –aunque dulcificado por la musicalidad de su lengua- con su “le premier qui bande c’est le premier qui baise”.
En Aranjuez, mi maravillosa ciudad, los socialistas que nos desgobiernan, con el alcalde Dionisio a la cabeza, han decidido echar una mano –al cuello como es lógico- con esto de la crisis implantando el cobro de la tasa de basura. Empresas de toda condición y tamaño ven cómo en los momentos duros estos progres de andar por casa –los de la lengua progresí que con tanto ingenio como gracia define el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Juan José Güemes- en vez de plantearse un alivio en los impuestos a quienes generan los empleos en nuestra ciudad, deciden ahogarlos un poco más imponiendo la tasa de basura. Una tasa que algunos intentan disfrazar como directiva comunitaria –la tasa ecológica- queriendo confundir descaradamente al personal y adelantándola dos años en su fecha de comienzo.
Pues eso, que incapaces de generar nuevos ingresos para el ayuntamiento, llevan su insuficiencia al fondo de nuestros bolsillos.

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