martes, 25 de noviembre de 2008

Conjugaciones


Existen frases que forman parte de la historia. Unas son fruto de la improvisación, son paridas por sus autores en el mismo momento de pronunciarlas y pueden obedecer a infinidad de motivos. Sin ir más lejos el “¿Por qué no te callas?” espetado por nuestro Rey al gorila rojo –el furibundo Hugo Golpista Chávez- en plena cumbre de países iberoamericanos es un ejemplo clarísimo de este tipo de frases. Es cierto que después -me imagino que por indicaciones de Moncloa y en respuesta a una necesaria reconducción de las relaciones diplomáticas entre ambos países- nuestro monarca participó en el circo aquel de la camisetita montado por el bruto venezolano.
Como son frases improvisadas y muchas de ellas responden a momentos complicados, es bastante común que su autor en algún momento se tenga que desdecir, tal como le ha ocurrido a Don Juan Carlos. Sin embargo existen otras frases históricas que responden a la expresión de un profundo análisis y han sido concienzudamente elaboradas por su autor o por los asesores que a tal fin pueda tener.
La inmortal frase “¡Váyase señor González, váyase!” magistralmente pronunciada y reiterada por José María Aznar en el Congreso de los Diputados pertenecía con toda certeza a este segundo grupo de frases. Indudablemente no fue improvisada –Aznar no improvisa- y supuso el principio del fin del felipismo y el comienzo de la época de Aznar –ya os he dicho en muchas ocasiones que para mi es sin duda alguna el mejor presidente que ha tenido nuestro país- que desembocaría en la victoria de 1.996.
Más recientemente el “Yes, We can” que ha acompañado a Obama a lo largo de su carrera electoral hacia la Casa Blanca es un nuevo ejemplo de este tipo de frases elaboradas e históricas.
Algunas frases, como la de Obama, pueden servirnos para entender momentos y asuntos distintos de aquellos para los que fueron concebidas. El cambio de un verbo o del tiempo o persona en que lo conjugamos es capaz de dibujarnos una situación y de ayudarnos a entenderla.
Me fijo en Aranjuez, mi maravillosa ciudad, para continuar con mi pequeña reflexión. Ese puede ser –estoy convencido de que lo es- el comienzo adecuado para alcanzar un fin que muchos soñamos. El conjugar en primera persona del plural en vez de hacerlo en la primera del singular nos puede estar poniendo en el camino correcto. Se ha cambiado –en una licencia literaria que espero me permitáis amigos blogueros- el “Yes, I can” por un esperanzador “Yes, We can”, y así es como realmente podremos.
Es sin lugar a dudas el mejor recorrido para conseguir que termine esta etapa tan gris de la reciente historia de nuestra ciudad, la etapa del desgobierno y la dejadez del alcalde Dionisio, o como algunos lo conocen, el alcalde-rodillo. En el Partido Popular de Aranjuez, la voluntad y el talante que entrañan el “Yes, We can” nos han de permitir ganar la confianza y el apoyo de los ciudadanos para continuar con la tarea inacabada de tener una mejor ciudad.

No hay comentarios: