viernes, 4 de julio de 2008

Importante Congreso


Solbes, el soporífero ayudante de Zapatero –eso sí, con rango de Vicepresidente del Gobierno- en esa obsesiva tarea de engañarnos a los españoles sobre la realidad de la situación económica que vive nuestro país –y nosotros, que es donde más nos jode- dice que “se ha reducido la capacidad de ahorro de los españoles”. ¡¡!!

Ya sé que me vais a decir que soy un pesado con lo de los matices, pero de nuevo me veo en la necesidad de manifestarlos. No Sr. Solbes, no. Lo que se nos ha reducido a los españoles no es la capacidad de ahorro sino la capacidad para llegar a fin de mes. Este buen hombre –no tengo por qué dudar eso- aún no se ha enterado –no se quiere dar por enterado, mejor dicho- que el aumento escandaloso de bienes de consumo de primera necesidad como el pan, la leche o el aceite –por no mencionar las judías verdes o el arroz- junto con el pavoroso incremento del precio del crudo –mira que está crudo comprar un litro de gasoil- y la escalada interminable del precio de las hipotecas, sumado a abusivos aumentos de suministros de uso cotidiano como la energía eléctrica, impiden que un número ya muy elevado en este momento de españoles puedan llegar a fin de mes.

Capacidad de ahorro… ¡ja! Capacidad de llanto es lo que nos va quedando. Mientras, Zapatero y sus camaradas dedican el fin de semana a congregarse en busca de soluciones a los grandes problemas que ellos han detectado en nuestro país, es decir, el aborto, la laicidad del Estado y el voto inmigrante que –como todos convenimos- son los asuntos con los que nos devanamos los sesos cuando las facturas que nos llegan a final de mes no encuentran acomodo en nuestra cuenta corriente. ¡Qué reales son en sus mentiras!

La alegría de los complacientes días de luz nublada que transforma en gris perla el azul gloria del Atlántico en la Costa de la Muerte, también se deja turbar por las sectarias idioteces que emanan de la mente y boca de quienes tienen la potestad de intentar dibujar la vida de los gallegos, incluyendo el fruto de sus calenturientas y estrechas mentes en el Boletín Oficial de la Comunidad de Galicia.

Subvencionarán a los comerciantes que pongan todos sus rótulos, carteles, etc. en gallego. En nada que nos despistemos, nos meten –al igual que ya han hecho en Baleares- “dinamizadores” en los bares y restaurantes para vigilar que no se use el castellano. ¿Cuándo dejarán de copiar a Fidel estos chiquilicuatres de la política? ¿Qué extraños influjos les traen a estos las aguas atlánticas? Aunque mejor pensado, esto les pasa justo por lo contrario, por pueblerinos, por desconocedores de lo que vive más allá de su estrecho mundo. ¡Que viajen pues! Que vayan a los Sanfermines. ¡Que corran delante de los toros!

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