miércoles, 23 de enero de 2008

El timonel


Acabo de reenviar a algunos de mis amigos una canción que me han hecho llegar por e-mail, cuya letra viene a decir que votar a Zapatero fue un error. La he enviado por lo que tiene graciosa, pero no porque coincida con lo que plantea la letra. Sinceramente no creo que votar a Zapatero fuese un error –cometido por quienes le votaron- aquel 13 de marzo de 2004. Es más, creo que fue un acierto en un doble sentido.

Por un lado, quienes votaron a Zapatero hicieron un ejercicio democrático importantísimo al confiar en una persona que representaba a un partido político de larga historia en nuestro país, renovando así su confianza en una clase –la política- muy denostada en estos momentos, precisamente gracias a personajes como Rodríguez Zapatero.

Por otra parte, quienes votaron a Zapatero en 2004 nos han dado a todos la oportunidad –se la han dado también a ellos mismos- de comprobar hasta qué punto este señor no era merecedor de la confianza que depositaron en él. Nos han dado a todos –también a ellos, repito- de no cometer el error de votarlo de nuevo, porque ese sí sería un tremendo error. Esa es mi discrepancia con la canción que hoy me han enviado. El error –imperdonable conociendo sus cuatro años de desatino y filibusterismo intelectual- sería votarlo en las próximas elecciones del 9 de marzo.

Timonel de un barco que él se empeña en afirmar que navega seguro, es incapaz de reconocer que precisamente gracias –o por desgracia- a él, a su empeño en mentir, a su interés exclusivo en figurar en un lugar destacado de los libros de historia, a su negación de la realidad de lo que en nuestro país está ocurriendo con el terrorismo, con las autonomías, con los nacionalismos, con la Constitución pasada por el “arco del Triunfo” de los independentistas, con la educación –mala y sectaria- de nuestros niños, gracias a la corte de tiralevitas de los que se ha rodeado, el barco no para de dar tumbos y está a punto de naufragar.

Imperdonable la ausencia de Zapatero -¿no decía que quería ser el Presidente de todos?- en el congreso de las Víctimas del Terrorismo. Ahora los demócratas de bolsillo echarán en cara a Aznar el que en dicho congreso recriminase públicamente a Zapatero por su ausencia, exactamente igual que están intentando descalificar a quienes afirmamos que la ilegalización de ANV puesta en marcha en este momento por el Gobierno de Zapatero obedece únicamente a intereses electorales del Gobierno. Me da igual, nos da igual. Sabemos que llevamos razón, sabemos que Aznar lleva razón y a estas alturas de la vida ninguno de ellos está en condiciones de darnos lecciones de democracia ni –como tienen por costumbre- decidir si nos dan o no el “carné de demócratas”.

Joan Oliver, el que fuera director de TV3 durante los tiempos de CiU, ha manifestado –bueno, más bien ha rebuznado- que “los españoles son unos chorizos por el hecho de ser españoles”. Ignoro qué parte del estómago o qué porción de su escaso cerebro le dolía a este espécimen cuando hizo esas declaraciones, pero lo que no ignoro es el significado de esas palabras y a quien van dirigidas. Me doy totalmente por aludido pues me considero español –patriota o no que lo decida Zapatero- y entiendo que me ha llamado chorizo. La respuesta más democrática que se me ocurre es “¡me cago en tu padre, Joan Oliver!”.

En este país confundimos en muchísimas ocasiones el talante y la democracia con la gilipollez.

No hay comentarios: