lunes, 29 de diciembre de 2008

El balance


Cuando finaliza –más bien agoniza- este triste 2008 es inevitable echar la vista atrás para hacer un pequeño balance de lo que nos ha dejado o, como ha ocurrido en la mayoría de los casos, lo que nos ha quitado. Este ejercicio de compendio y compresión –de difícil comprensión en su contenido- tiene la particularidad de que al lanzar la memoria a la búsqueda de lo vivido, oído y sentido es muy complicado hacer que pare en la fecha exacta de comienzo de año.
Así nos encontramos con que llegan a nuestra cabeza imágenes y recuerdos que necesitamos procesar para ver si los hemos de ubicar dentro o fuera del balance que realizamos. Esto que si bien es cierto nos puede hacer entretener más de lo necesario, no deja de tener sus ventajas a la hora de analizar y comparar lo ocurrido en el último año.
Recuerdo sin ir más lejos -aún colean los ecos de la bravata injusta e innecesaria- el gratuito insulto que el emperador Castro –el de Getafe- nos dirigió a los votantes de derechas. Tontos de los cojones nos llamó y se quedó más ancho que largo, extremo este último nada difícil de conseguir para él, por cierto. Es verdad que tendría que haber dimitido de su cargo –ya ha demostrado que le viene grande- de Presidente de la Federación Española de Municipios y no ha tenido lo que debería tener –talante y altura intelectual- para hacerlo y es cierto también que su insulto nos resultó doloroso e injustificado además de carente de el más mínimo sentido democrático.
Sin embargo al lanzar la memoria hacia atrás para hacer el balance anual, caigo en la cuenta de que lo de Pedro Castro no es sino lo mismo que llevan haciendo y diciendo toda la vida. Su insulto forma parte de la liturgia con que la izquierda oficial viene prostituyendo la convivencia pacífica y democrática. ¿Acaso no recordamos esa frase perdida en el túnel del tiempo empleada por los voceros del rojerío progre de “Eres más tonto que un trabajador de derechas”?
Pues eso, al hacer el balance del año, nos damos cuenta de que ha sido más de lo mismo. A más a más -como dirían los catalanes- nos hemos reiterado en los errores, hemos reído las mentiras y hemos permanecido impasibles ante la debacle que se nos avecinaba.
Sigue desgobernando ZP, los nacionalistas se pasan por donde les apetece la ley, las sentencias judiciales y los derechos de los ciudadanos que tienen esclavizados en su territorio, ETA sigue matando y aterrorizando, los titiriteros bailan siempre la misma música, la SGAE nos quiere sacar los ojos y los “pacifistas” que nos gobiernan mandan cada día más militares españoles al extranjero.
Está claro que si queremos que algo cambie en 2009 -¡joder!, que mala pinta tiene el año- ZP debe dejar el gobierno, hemos de hacer cumplir la ley también a los nacionalistas y liberar en las urnas a los ciudadanos que tienen esclavizados, tenemos que derrotar de una vez por todas a los mafiosos de ETA, hemos de desenmascarar a los que farandulean siempre en el mismo sentido y hemos de impedir que nos sangren con un canon injustificable. A partir de ahí podremos hacer un balance cuando acabe 2009 del que no tengamos que renegar.

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