lunes, 22 de junio de 2009

Vértigo

vertigo Vivimos a velocidad de vértigo. Bueno, mejor sería decir que los acontecimientos pasan ante nuestros ojos de manera vertiginosa sin que apenas tengamos oportunidad de entender uno, cuando ya el siguiente está finalizando. Me parece que esa es la táctica que Zapatero y compañía han establecido para que los mantengamos en su estatus abusivo/insultante.

Cuando aún intentamos entender el alcance de la ampliación de la ley del aborto planteada por la ministra de la Igual-Da, la ministra pacifista de la guerra nos oculta casos de gripe A en un cuartel de Hoyo del Manzanares, la de Sanidad decide que la píldora del día después es tan inofensiva como las pastillas de leche de burra que comprábamos en los carrillos cuando éramos inocentes criaturas que temíamos la ceguera tras una fugaz masturbación, López Aguilar acusa a Mayor Oreja de defender a los pederastas, la imberbe Pajín anuncia astronómicos acontecimientos planetarios, Zapatero revisa –a la baja, no podía ser de otra forma- sus embusteras previsiones económicas, el Director del CNI se equipara con sus actuaciones a Mortadelo y Filemón, la hija de Chaves no es la única Chaves que obtiene pingües beneficios de la Junta de Andalucía, Zapatero nos anuncia que la financiación per cápita de los catalanes será superior a la de los demás –como sigamos así, va a pagar impuestos su señora madre- dejando claro a continuación que será a costa de los gallegos, la Presidenta del Constitucional nos cuenta la milonga del ímprobo trabajo –van a una media de dos palabras y una tilde por jornada en su análisis del Estatut de la vergüenza- que realizan sus presididos, Zapatero -¡gracias Dios por permitirnos conocer la bondad de este hombre!- sube el tabaco para ayudar a los fumadores en su lucha por dejarlo, sube la gasolina para que contaminemos menos y sube el paro para que no tengamos la posibilidad de comprar tabaco ni gasolina y así conseguir sus dos fines anteriores...

Todo esto en unos pocos días en los que no nos hemos librado de los insultos del friki Pepiño, ni del sectarismo de la ViceBrotes al referirse a la oposición de la Iglesia a la canallada del aborto y como muestra de cómo va el país nos enteramos que un bar de Cullera intenta superar la crisis permitiendo que los clientes insulten a los camareros. Nos encontramos de nuevo ante el gran debate nacional. El mismo que se produce cuando personas enanas actúan en películas representando el papel de enanos, o cuando ciudadanos libres deciden trabajar como hombres-anuncio. Esos son los grandes debates que nos gustan. En eso se nos irán horas de discusión, ríos de tinta y profundas reflexiones.

Los pies en el suelo, la adecuada y justa medida del tiempo nos la da el dolor. Dolor de diferente color, pero dolor real. Un nuevo asesinato de ETA, la desesperante impotencia en el caso de Marta del Castillo y casi cinco millones de parados. Estas cosas sí producen vértigo. Tanto vértigo como el que produce el cómplice silencio de Zapatero ante las tropelías electorales de sus amigos los ayatollahs.

No hay comentarios: