lunes, 12 de mayo de 2008

Dormopositar


Dormopositar. (No lo dice el diccionario de la RAE, pero como si lo dijese, porque todos lo entendemos). Dícese del ejercicio practicado por la oposición del Partido Popular que permite al gobierno de Don José Luis hacer lo que le da la gana –pocas ganas deben tener a juzgar por lo poco que hacen, aunque eso sí, poco pero muy malo- sin inquietarse lo más mínimo por lo que pueda venir desde las bancadas de la oposición. Ejercicio consistente en un encogimiento permanente de ambos hombros al tiempo que se produce una ligera caída de los párpados que permite mirarse el ombligo sin necesidad de ver lo que pasa delante. ¿Qué no?

Ya me diréis si no es así si nos paramos a juzgar lo acontecido desde el 9 de marzo. ¿Existirá mundo fuera de su ombligo para quienes tienen el encargo soberano de cantarles las verdades del barquero a Zapatero y su gobierno de Igual Da –ingeniosísima expresión de Antonio Burgos que me remite mi buen amigo Fernando- y aún no han dicho“esta boca es mía”? Vale que hay un congreso en junio –en Valencia este año habrá altas temperaturas- importante para el PP, vale que parece que no solo Rajoy tiene aspiraciones –cosa por otro lado totalmente normal y democrática- presidenciales, vale que atiendan al debate de la necesaria renovación y vale que atiendan también al debate de las ideas y las estrategias, pero ¡vale ya! ¿no?

No solo más de 700.000 militantes que nos entregamos permanentemente a la causa para llevar a nuestro partido y nuestros dirigentes al gobierno, sino también más de 10.000.000 de españoles estamos como bobalicones, con la boca abierta y los ojos como platos, mirando hacia arriba, hacia lo que hemos aupado con nuestro trabajo y entrega, esperando un gesto que nos permita ponernos de nuevo en marcha, una leve insinuación que nos ayude a albergar de nuevo esperanza en nuestro futuro y –lo que es más importante- en el futuro de España.

¿Que hay varios candidatos? Bueno, ¿y qué pasa?

¿Que se quiere debatir sobre las ideas? Bueno, ¿y qué pasa?

¿Que se quiere debatir sobre estrategias? Bueno, ¿y qué pasa?

Para eso tenemos el Congreso de junio, para resolver democráticamente esas cuestiones, pero mientras ese momento llega, no podemos ser los dormopositores de ZP. Más de 700.000 militantes y más de 10.000.000 de votantes no nos merecemos eso.

El abandono por parte de María San Gil de la redacción Ponencia Política que se debatirá en el Congreso de junio por “diferencias de criterio fundamentales” debe hacernos reflexionar. Debe hacer reflexionar fundamentalmente a quienes están en la pomada de la redacción de la ponencia y de la organización del Congreso, toda vez que María San Gil es un referente moral en nuestro partido que muchos no estamos dispuestos a dejar perder.

Es justo permitir que Mariano Rajoy organice con tranquilidad el trabajo que tiene por delante, aunque sin dormopositar, y también es justo que más de diez millones de ciudadanos veamos recogidas las ideas básicas que sobre España figuraban en el programa electoral que apoyamos el 9M, en los distintos documentos que apruebe el Partido Popular en su Congreso de junio. Nuestros programas electorales han sido siempre “contratos” con los ciudadanos, no flor de un día.

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