lunes, 16 de marzo de 2009

Obispos

lince Han iniciado los obispos una campaña en la que evidencian –no entro aquí en el aspecto técnico de los carteles, sino en el mensaje último- lo absurdo del comportamiento de nuestra sociedad, la española. Que el lince está más protegido que cualquier embrión humano en España es algo indiscutible. El reto es ser capaces de poner de manifiesto esta aberración sin herir la “sensibilidad” de aquellos que son capaces de manifestarse en defensa de los linces –seguro que todos recordamos los pretendidos derechos humanos de los simios llevados hasta el mismísimo Parlamento- y también del asesinato de un niño en el vientre de la madre.

Es este un terreno en que hay que moverse con pies de plomo para no provocar las iras y descalificaciones de los movimientos proabortistas que han dado cobertura a la prescindible Aido, en su propuesta sobre ampliación de los plazos y supuestos para poder matar legalmente. Si llamas a las cosas por su nombre, te llaman de cualquier forma menos por tu nombre.

Llevan razón los obispos. Está bien que protejamos especies animales para evitar su extinción, pero ¿no deberíamos poner al menos el mismo empeño –especialmente los poderes públicos- en proteger la vida de los seres que hemos concebido y aún no han nacido? Tantos esfuerzos para intentar salvar la vida de unas ballenas encalladas en alguna playa y tanto desdén ante la muerte provocada de un ser indefenso. Algo no funciona bien en nuestra sociedad. Nos hemos montado en un tren veloz y cómodo, pero ignoramos el destino. Ignoramos si tan siquiera existen raíles que nos lleven a algún sitio.

Manifestaciones contra las guerras, imágenes de inocentes niños masacrados por misiles asépticos, para mostrar el horror de la condición humana y pasotismo, encogimiento de hombros, ocultación de la cabeza como el avestruz ante una matanza que a diario se reproduce en nuestro entorno. Silencio, silencio cómplice para no ser señalados por el dedo de la mano que mueve los hilos de la impunidad y la desvergüenza.

Los obispos han iniciado una campaña que nos corresponde a toda la sociedad. La crisis del valor de la vida es mucho más profunda que la económica.

viernes, 13 de marzo de 2009

Un caballero

cucaracha Dicen que Garzón ha vuelto a interrogar al sastre de Camps. Llueve sobre mojado en la medida en que este juez omnipresente y multicobrante parece que sigue pasándose por el arco que le apetece lo que para los demás ciudadanos es imperativo. Ahora parece que va a hablar y que ha dicho que a lo mejor quieren que se calle. ¡No por Dios! Hable, hable todo lo que tenga para hablar porque posiblemente hablándolo todo, queden libres de temores los que deben meterle en vereda y corregir esta situación bananera. ¡Y yo que pensaba que estas cosas solo pasaban en las democráticas Guinea, Cuba, Venezuela...!

No me apetece seguir con este tema, me indigna tanta bazofia.

Ayer tuve la oportunidad de ver la entrevista al profesor Neira en Antena 3. Me quedé maravillado e impresionado por lo que escuché. Hace un momento le comentaba a Moura, mi siempre encantadora y sorprendente amiga Meiga, la sensación que tuve de tener ante mí a un caballero de los que pensaba que ya no existían. Por momentos me iba de las preguntas de la entrevistadora a la composición de la limeña Chabuca Granda que lleva por nombre “Fina estampa”, en su verso más popular

Fina estampa caballero,
caballero de fina estampa
un lucero, que sonriera bajo 
un sombrero
nos sonriera
más hermoso ni más luciera,
caballero
y en su andar andar reluce
la acera al andar andar

Para el agresor lo justo, el castigo merecido, su degradación al estatus de cucaracha y un recordatorio que a buen seguro le corroerá sus entrañas de repugnante insecto durante el resto de la vida, si el golpe hubiese sido de frente el agresor habría salido mal parado. ¿Por qué? Sencillamente porque Jesús Neira es cien mil veces más hombre que él y es una persona y el agresor una cucaracha.

Reconfortantes reflexiones las de este buen hombre que nos devuelven la confianza en nosotros mismos y nos recuerdan hasta qué punto llega a ser importante un bocadillo de chorizo en esta vida.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Codido

Pavarotti Sabéis amigos blogueros la poca gracia que me hace –por no decir lo que me encabrona, que suena peor pero se ajusta más a mis sentimientos- esa indigesta medida que dos veces al año nos hace pasar por el aro de alargarnos o acortarnos la vida al antojo de quienes tienen la sartén por el mango.

El cambio horario –sin que mis biorritmos se hayan adaptado completamente desde el anterior- nos quitará una hora de vida –quitar la vida es delito, excepto para los abortistas, pero quitar la vida con el reloj está legalizado- el próximo día 29 de marzo, domingo para más señas. Todos, absolutamente todos los países industrializados, con la única excepción de Japón –siempre han sido más respetuosos con el sol que nosotros- del planeta nos sometemos a este totalitaria norma semestral. Venezuela no lo hace porque el Gorila Rojo aún está averiguando si para acortar en una hora el día tiene que adelantar o atrasar el reloj.

Os preguntaréis el motivo por el que saco a colación esta fobia mía, cuando aún restan más de dos semanas para ese atraco a la vida. Tiene que ver con mi codo, el codo que me escarallé hace diez días y que el pasado viernes me recompusieron expertas y amables manos profesionales, en uno de los maravillosos hospitales construidos por Esperanza Aguirre –gracias de parte de mi codo y mi cerebro Esperanza- en la pasada legislatura. El Hospital del Tajo, el de Aranjuez, mi maravillosa ciudad. Un buen hospital y unos profesionales inmejorables pese a quien pese.

Pasa con la operación quirúrgica lo mismo que con el cambio horario, aunque con matices. Durante el tiempo que dura la anestesia, a efectos de consciencia, no existe la vida. Uno de los matices importantes es que, aunque no seamos conscientes de ello las horas de la anestesia las vivimos, sin sentirlas -¡menos mal!- pero las vivimos y sin embargo la hora que nos quitarán el próximo día 29 de marzo no la viviremos, nos la quitarán por el morro.

Me pregunto yo si a Garzón, ese juez que todos sabemos que no actúa de mala fe, que no se deja influir en sus actuaciones por ánimos sectarios ni revanchistas, que antepone siempre la discreción y el rigor al estrellato mediático y la mediocridad en la instrucción –el codo inmovilizado me impide las carcajadas- os decía que me pregunto si el tema del cambio horario no tendrá algo que ver con la denuncia hecha por el Supremo por el cobro de unos míseros dólares –una bagatela de 203.000, aproximadamente- que se nos antojan a todos –Supremo incluido- incompatibles con su sueldo de Magistrado.

Dándole vueltas al asunto, he caído en la cuenta de que a lo mejor Garzón cobró aquella calderilla coincidiendo con el cambio horario, es decir en la hora que no existe, y por lo tanto creyó de buena fe –ya tenemos claro que no actúa de mala fe- que no tenía que contárselo a nadie por aquello de que lo hecho en el tiempo que no existe no puede existir, con la excepción del fisco norteamericano.

Garzón, que de leyes debe saber un cerro –sobre todo internacionales, porque se pasa la vida pretendiendo abrir casos contra personajes de por ahí afuera- debía tener claro que los norteamericanos, sean los de Bush o los de Obama, con las cuestiones fiscales no admiten ni un mal chiste y si no hubiera declarado aquella minucia de 203.000 $ hoy estaría en la cárcel. Aquí no, aquí es de otra forma, al menos para algunos. Aquí él estará convencido de que no solo nos chuleará declarando que no actuó de mala fe, sino que algún desvariado insistirá en proponerlo para Premio Nobel. Además, ahora que ya tiene el certificado de defunción de Franco, se encontrará más seguro.

Lo malo en nuestro país no es que hablemos todos de la Justicia, sus intríngulis y sus complicados términos y conceptos, como si todos fuésemos consumados juristas. Al fin y al cabo por opinar no nos cobran, de momento. Lo realmente malo es que nos están tomando el pelo y, quienes tienen conocimiento y poder para evitarlo, se han acomodado.

Como me decía una querida amiga esta mañana, estoy codido, realmente codido con esta opereta. Pero seguimos en pie y, al igual que Calaf a través de la maravillosa voz del inmortal Pavarotti, gritaremos

Dilegua, o notte!
Tramontane, stelle!
Tramontane, stelle!
All'alba vincerò!
Vincerò! Vincerò!

jueves, 5 de marzo de 2009

Eslogan premonitorio

cuidado El rojo Bermejo –el afamado diestro “Coloraillo de Arenas”- no debe tener entre sus aficiones favoritas la lectura de la publicidad que aparece en los distintos medios escritos. Sin ir más lejos, si hubiese atendido a la publicidad que la Junta de Andalucía inserta en algunos medios digitales –elmundo.es, por poner un ejemplo- habría entendido la premonición que le ponían frente a los ojos.

Ni se hubiera ido a cazar muflones alados con el no competente Garzón, ni lo hubiera hecho en Andalucía ni, por supuesto, lo hubiera hecho sin licencia.

La mencionada publicidad que tiene como eslogan principal “Andalucía te quiere” advierte previamente de las consecuencias de este “amor”. Reza así el anuncio “Una escapada, un fin de semana, cualquier instante en Andalucía vale para toda una vida”.

Esta claro que aquel fin de semana de montero furtivo del diestro de Arenas le valió toda una vida. Mejor dicho, le costó toda una vida, incluyendo su cargo de bravucón ministro, su prestigio –entre alguien debió tenerlo alguna vez- profesional, además de los 2.000 euros del ala que la Junta de su amigo Chaves le ha clavado por ir de solapado. Multa por cierto que se me antoja escasa ya que a juzgar por los cuernos que rodean al bermejo ministro en las fotos publicadas, no se limitó a cobrar una pieza única y no me refiero en este momento a las “piezas” a las que realmente pretendía cazar en compañía de Garzón, sino a las que por condición genética están dotadas de grandes cornamentas.

Andan hoy los medios alborotados con la contestación de la fiscalía a Garzón, en la que indica que no ve motivos para imputar a ningún aforado nacional del PP y que debe inhibirse a favor de los TSJ de Madrid y Valencia.

De entrada Garzón se ha pasado por salva sea la parte la opinión fiscal y ha continuado con la toma de declaraciones. Sin embargo lo que más me indigna de este nuevo episodio de la cacería de Garzón es el hecho de que la Fiscalía que, aunque solo sea porque los fiscales leen la prensa, conocía perfectamente la celebración de elecciones autonómicas en Galicia y las Vascongadas, haya enviado hoy el informe.

No hay que ser Premio Nobel para saber que ese informe emitido antes de los comicios habría reportado un gran apoyo a la credibilidad del PP ante vascos y gallegos. ¿Más? me diréis, por supuesto que más. ¿O a caso vamos a hacernos de nuevas ahora sobre el demoledor efecto que determinadas noticias –el PSOE se ha dado siempre buena mano para aderezarlas a su gusto- tienen sobre los electores? Algunos buscan aún inocente e ignorantemente a los terroristas suicidas que se invento la SER el 11M. ¿Alguien puede negar todavía ese efecto?

Pues eso es lo que me indigna, ver como se le ha reconocido a la fiscalía una correcta actuación en este caso –parecía que le ponían coto con malla de acero al juez estrella- cuando en realidad su actuación ha servido para mantener la sospecha sobre el PP hasta después del 1 de marzo. Espero que el PP, actuando en justicia, no ceje hasta conseguir apartar a Garzón de la carrera judicial. Tanta basura es insoportable.

Indignación y asombro me produjo la cara de la portavoz del gobierno vasco cuando la prensa le preguntaba sobre la posibilidad de que se fueran a la oposición. ¡Qué jeta! Era como si le estuviesen diciendo que tenía que irse de su cortijo para que entrasen otros. ¿Qué ocultarán esas alfombras? ¿Cuánto reaccionario tendrá escondidos sus secretos bajo ellas? No hay más que escuchar las amenazas –nada veladas, por cierto- con las que pretenden amedrentar a los defensores de la Constitución. ¿Tardarán mucho en actuar los chicos de la gasolina?

Como no podía ser de otra manera, al borde del Atlántico, ¡las galescolas a hacer puñetas! Por fin algo de decencia y cordura. Lo malo es que les va a costar trabajo encontrar un comprador para el Touraudi, aunque bien pensado al Gorila Rojo a lo mejor le interesa, está muy en su línea.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Se respira mejor

breogán ¡Qué maravilla! Con qué claridad me llega de nuevo el intenso olor a vida del Atlántico. Es como si durante años –cuatro posiblemente- un muro de absurda insensibilidad hubiese intentado filtrar e incluso dispersar el aroma que, gracias a Moura, he podido percibir.

Es verdad que el viento arrecia hoy en las rocosas costas que beben en el gran Atlántico. Lo hace con vigorosa energía, como queriendo festejar la buena salud mental y democrática de los habitantes de la mítica nación del también mítico Breogán.

Ayer se lo comentaba a un gran amigo que expresa sus sentimientos a través de una pluma ágil y magistral, los gallegos hemos demostrado –algunos votamos con el alma, que era lo permitido para quienes estamos empadronados lejos de nuestra húmeda tierra- que, además de buena gente, tenemos sentido común.

Me cuentan mis amigos que al Furtivo –no al de los muflones, sino al de los longueirones, ¡qué tentación para una décima!- a la vista de los resultados del domingo le quedan dos telediarios en la alcaldía, justo los que van desde el 1 de marzo pasado hasta el último domingo de mayo del 2011. ¡Anda, qué casualidad! igual que al dejado y perezoso alcalde Dionisio, el que desgobierna entre mentira y cuento Aranjuez, mi maravillosa ciudad.

Ayer se me ofrecieron los que me quieren más de cerca para teclear el post a mi dictado, para facilitarme la labor en estos días de dificultad funcional, y creo que voy a aceptar el cariñoso apoyo. He comprobado que la ingente cantidad de personajes e historias que veo cuando estoy sentado con las piernas colgando al borde de las teclas de mi ordenador, son los mismos que esquivan los trazos de mi portaminas. Ahí están todos con sus risas, sus penas, sus temores, sus incertidumbres, sus mentiras, sus certezas, su pasado y su futuro...De acuerdo, hoy dejo antes en el papel lo que ahora estáis leyendo en la pantalla de vuestro ordenador.

Volviendo a Galicia, le ha pasado a Touriño –el ya dimitido Secretario General del PSGAudi- lo mismo que le está pasando al perezoso alcalde Dionisio. Poco a poco se van poniendo de manifiesto –en Aranjuez la oposición está trabajando bien este asunto- las falsedades, las ausencias, las perezas, las ineficiencias e ineficacias en las que el alcalde Dionisio y sus voceros basan su virtual trabajo. Se le están cayendo –dicho en tono coloquial- los palos del sombrajo.

Dice Mª José Martínez –la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Aranjuez- que ningún dirigente del PP local ha dicho, ni diría nunca, que el Alcalde Dionisio “tiene como único objetivo frenar y obstaculizar el progreso de nuestra ciudad”, que es precisamente de lo que la acusan a ella los voceros y los correveidiles socialistas.

Lleva razón Mª José, el alcalde Dionisio es muy vago y sus múltiples mentiras lo son, fundamentalmente, para ocultar el vacío resultado de su perezosa gestión. Una gestión en la que los tribunales ya le han dicho en varios asuntos que pisa por fuera de la raya.

martes, 3 de marzo de 2009

La izquierda

codo Ella dice que es por la sal y teniendo en cuenta que no venía de jugar al golf –y por tanto no se cumplía la condición escrita por el escaso cerebro que sujeta la grasienta coleta- no me queda más remedio que dar la razón a la encantadora Moura que, a pesar de estar felizmente ocupada el domingo presenciando en los colegios electorales de Galicia la sabia decisión que estaban tomando mis paisanos, tuvo tiempo para encontrar el causante de lo del codo.

Cuando uno se cae al bajar unos escalones que baja a diario en varias ocasiones –y por lo tanto conoce a la perfección- es que algún elemento extraño e incontrolable ha intervenido. Cuando en la caída te rompes el codo obligándote a pasar por el quirófano –como es mi caso- ese elemento extraño e incontrolable está además dotado de una incuestionable carga de mala leche.

Hace unos días cuando en un torpe movimiento de mis manos tiré al suelo un cuenco con más de ¼ kilo de sal, alguien dijo a mi lado “eso trae mala suerte”. ¡Vaya! –pensé- todavía queda gente que cree en esas cosas, olvidándome de mi ciega creencia en las Meigas.

La sal, la puñetera sal ejerciendo un poder maléfico e invisible tras ser derramada por el suelo –Moura, que de estas cosas sabe mogollón, me lo asegura- fue la causante del batacazo que me dejó la espalda molida y el codo a trozos. Ahora eso sí, es cierto que “no hay mal que por bien no venga” y esta inutilidad absoluta –y espero que temporal- de mi brazo izquierdo, me ha servido para ponerme de manifiesto algunas cuestiones que aunque sabidas, las tenía algo olvidadas.

Por ejemplo, he podido comprobar –tengo que reconocer que con un cierto grado de alta estima- que al sentarme ante el teclado he reconocido que no ando nada mal en lo que a mecanografía –si es que se sigue llamando así- se refiere ya que al no poder utilizar la mano izquierda mi forma de escribir es lenta y torpe o, dicho de otra forma, cuando escribo con ambas manos cada mano y cada dedo se ocupan de sus teclas, dándole a la mecanización del post una diligencia que hoy me falta de todas todas.

He descubierto también que tan importante como una perfecta dentadura a la hora de comer es disponer de ambas manos. La mecánica e insulsa acción de pinchar con el tenedor sujetado con la mano izquierda una albóndiga, mientras la mano derecha en una ejecución más medida y precisa divide por la mitad la albóndiga con el cuchillo, se convierte en una cacería –primero por el plato y por el mantel a renglón seguido- de una pelota de carne dotada temporalmente de rápidas piernas –nada parecida por cierto a los muflones a los que tanta afición tienen el “Coloraillo de Arenas” y su compañero de partida Garzón- que termina si una mano amiga no lo evita con la albóndiga rodando por el suelo, pringando de deliciosa salsa a todos los que se encuentran sentados alrededor de la mesa.

Quizás otro día amigos blogueros, me entretenga en haceros una detallada relación –seguro que más de uno de vosotros ya tendrá la suya- de la enorme cantidad de actividades rutinarias en las que una de las dos manos permanece como convidada de piedra, cuando en realidad es elemento necesario para llegar a buen término. En mi caso ¡menos mal que me ha ocurrido en el codo izquierdo! porque –seguro que no os descubro aquí nada nuevo- yo soy “a todos los efectos” diestro.

Pude, a pesar del doloroso costalazo, disfrutar de una noche emocionante e inolvidable. La noche del recuento de los votos que ponían a Touriño y Quintana en el sitio que nunca debieron abandonar, en la oposición.

Touriño nunca debió llegar a ser Presidente de la Xunta, no por negar la voluntad de sus votantes –tan respetables en su voto como cualquiera otros- sino porque solo la presencia de un aparente convidado de piedra -¡qué casualidad, igual que mi brazo izquierdo!- como el grumete “Eu tamén quero ser”, le puso en disposición de hacer algo que no estaba a su alcance, como era presidir el gobierno de mi tierra madre. Algunos batacazos, como os comentaba unas líneas más arriba, sirven para ponernos de manifiesto algunas cuestiones que aunque sabidas, las teníamos algo olvidadas.

No sé si como dice Rajoy, el Amazonas ha cambiado su curso, lo que sí tengo claro es que desde el domingo pasado Galicia vuelve a ser una parte de España gobernada desde la unidad, el sentido común y la honradez.

No amigos blogueros, no han sido las Meigas las que han conseguido este maravilloso resultado electoral, aunque me imagino que algo habrán ayudado porque allí “haberlas, haylas”.