viernes, 10 de julio de 2009

El hedor

traje vicevogue Lo de los trajes de Camps ya huele. No porque Paco Camps no se duche, ni porque no haga el adecuado uso de la tintorería. Huele porque quienes están empeñados en hundir su trayectoria política –presidida por la eficacia y la honradez- tendrían que andar cabizbajos escondiéndose por las oscuras esquinas de sus miserias para ocultar y penar lo que es público y notorio para todos los españoles excepto la fiscalía y sus miembros, y en vez de eso están repartiendo su hedor a lo largo y ancho del país.

Con cuatro trajes –cuya existencia tendría que ser demostrada antes de seguir hablando del tema- espeluznantes abusos como los realizados por Chaves con dinero público para beneficiar a su hija y a unos cuantos familiares más, pasan al más indignante de los olvidos mediáticos y ciudadanos. ¿Acaso los fiscales no leen la prensa- al igual que lo hacía Felipe González- para enterarse de los delitos que se cometen en este país?

Lo dijo ayer Esteban González Pons y lleva toda la razón del mundo. ¿Por qué los fiscales no meten mano al bravucón ex ministro de Justicia, el rojo Bermejo, por el notorio regalo recibido con la invitación a una cacería de muflones alados cuantificado en 6.000 euros?

Lo de las anchoas del cántabro a Zapatero debería pegarles los fiscales al cogote, pero no es que no haya lo que tiene que haber, sino que tienen lo que se tiene que tener. Una jeta desproporcionada.

¿En dónde tiene la ViceVogue las facturas de los “trapitos” con los que nos agrede las retinas a diario? ¿Qué no son suyos? ¿Que se los prestan? ¿Qué diseñadores, qué empresarios, qué firmas? ¿A cambio de qué favores? Si hay algo que no pueden ocultar es la ingente cantidad de ropa exhibida por la ViceVogue en los últimos cinco años. Ropa, trapitos de nada, que superan con mucho el precio de los trajes que puedan usar Camps, Zapatero y Zerolo juntos.

¿Los ha comprado –venga, que enseñe las facturas- los ha alquilado –ya tardan en verse esas facturas- se los han regalado o se los han dejado?

Podríamos continuar analizando la procedencia de los trapitos que “las miembras” de la cuota del gobierno lucen en sus diarias apariciones públicas para llegar a cuestionarnos lo mismo, pero para qué vamos a perder el tiempo con un gobierno que tiene el descaro de negociar la financiación de las autonomías de nuestro país, teniendo como único interlocutor al cordobés que preside Cataluña.

Por cierto amigos blogueros, hablando de dinero, joder lo caro que sale que Obama se interese por tu familia. A Zapatero en Aquila que Obama le dijese “¿Qué tal están tu mujer y tus hijas?” le ha costado 1.000 millones de euros. Eso sí, al igual que la compra del apoyo catalán, lo pagamos nosotros.

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