La decisión adoptada a última hora de la noche pasada por seis miembros del Tribunal Constitucional metiendo por la puerta grande a ETA en las instituciones vascas me trae a la cabeza –por ajustado a la realidad de lo ocurrido- el reiterado gesto de Iker Casillas durante el infumable partido de vuelta de la Champions del pasado martes. ¡Vaya cara! la de Zapatero y sus voceros y ¡vaya cara! la de estos seis representantes suyos en el constitucional, y digo bien al decir representantes, porque si alguna duda le cabía a algún incauto sobre el papel que los seis responsables de que ETA entre en los ayuntamientos vascos tienen en ese tribunal, a la vista de su insultante decisión ha quedado claro que se limitan a ejercer como representantes del PSOE.
Analizándolo en términos democráticos, lo realmente aplicable a la decisión de estos seis –decisión que abre la puerta a ETA para que recupere con dinero de todos nosotros lo que tantos muertos, mutilados, destrozados física y sicológicamente y tanto sufrimiento individual y colectivo nos ha costado- lo realmente aplicable, repito, son los gestos de Mouriño y Cristiano tras el partido. ¡Nos lo han guindao!, ¡nos lo han robado!
En términos democráticos esto es un robo. Nos han robado el contenido de las leyes -¡ahí está la sentencia del Supremo, ajustándose a derecho!-, nos han robado el texto y el espíritu de la Constitución, olvidándose de que la Constitución es tal, porque así lo hemos querido los españoles, no los que se declaran abiertamente antiespañoles, pertenecientes a una nación distinta que pretenden arrancar de nuestro territorio, a los que ahora ampara el Constitucional. Es la Constitución de los españoles de los que ahora se mofan con su sentencia los representantes socialistas en el constitucional y en el gobierno. Nos roban el valor de la defensa de la democracia y sus valores que inviste a todas y cada una de las víctimas que hoy lloran al ver a sus verdugos jugando a demócratas gracias a estos seis personajes y por supuesto gracias a ese indigno mentiroso que está dispuesto a utilizar hasta el últimos segundo de su nefasta presidencia para hacer cuanto más daño mejor a nuestro país.
Y nos quieren robar, pero en eso lo llevan crudo porque no lo van a conseguir, nuestro sentido de la dignidad como personas y como nación. Si ellos han decidido dar un salto mortal hacia atrás –todo lo que tiene que ver con ETA es mortal de necesidad- nosotros, los ciudadanos que creemos en la Constitución, en el Estado de Derecho, en las instituciones, en nuestro país y en nosotros mismos, nos rearmaremos cívica y moralmente para andar de nuevo el camino que lleve a la derrota de los asesinos.
En tanto en cuanto esto llega, grabaremos los nombres de esos seis personajes en nuestra memoria, porque ellos sí deben permanecer en la memoria histórica de nuestro país. Ellos y por supuesto su jefe José Luis Rodriguez Zapatero. Ahora, que cada palo aguante su vela.
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