domingo, 14 de marzo de 2010

Être myope


Hace miles de años, cuando con mis libros debajo del brazo iba diariamente al instituto de enseñanza media de Aranjuez, empecé a darme cuenta de que algunas piedras a las que propinaba un puntapié mientras caminaba hacia clase estaban bien sujetas al suelo. No tenía esto mayor inconveniente que el de ocasionarme un traspiés de allá para cuando.

Sin embargo, cuando fui consciente de la frecuencia con la que esto ocurría se lo comenté a mi padre – ¡joder que suerte he tenido al disfrutar de un padre como él!- que no dudó un instante en llevarme al oftalmólogo. Y allí encontré –para el resto de mi vida- la explicación a mis traspiés y trompicones. Desde entonces uso gafas si quiero ver con nitidez lo que está un poco alejado de mí.

Tienen los franceses una lengua –idioma- maravillosa, encantadora por su sonoridad, que siempre he admirado. Sin embargo he de reconocer que es un poco inexacta a la hora de expresar una determinada cuestión. El verbo “Être” es un verbo equívoco aplicado a la miopía, e incluso a la ceguera. Estar ciego y ser ciego –condiciones a todas luces distintas en nuestro idioma- se convierten para mis amigos franceses en lo mismo. “Être aveugle” dirían ellos. En el caso mío, es decir en el de la miopía lo resumirían en un “Être myope”. No puede ser así –mejor dicho, no debería ser así- ya que con esa doble utilización del mismo verbo me hacen igual a Miguel Bosé.

Vale, vale. Ya sé que muchos de vosotros amigos blogueros estaréis diciendo aquello de que ¡ya te gustaría!, pero en este caso me habéis de permitir que os diga que no es así. Yo soy miope y Miguel Bosé está miope. Si Bosé lo dijese en francés diría “Je suis myope” y si yo lo dijese en francés diría igualmente “Je suis myope” pero la realidad no es así. Si Miguel Bosé lo dice en español diría “Estoy miope” y si yo lo dijese en español lo haría diciendo “Soy miope”.

La diferencia está clara verdad. El está, yo soy.

Llevar durante toda la vida gafas, además de las pequeñas molestias que muchos de vosotros conoceréis, termina por apagar los ojos, les quita luminosidad, en buena medida debido a que los párpados tienden a caer algo más de lo normal.

Hace tiempo que le vengo dando vueltas a la posibilidad de pasar por el oftalmólogo para que me realice una sencilla operación consistente en quitar un poco de piel de los párpados con el fin de que recuperen su apertura normal. Uno tiene su punto de coqueto, además de que estoy convencido que ampliaría un poco mi campo visual.

Lamentablemente desde hace unos días mis dudas sobre la idoneidad de esta idea se han incrementado y negros nubarrones amenazan con tirarla por tierra. Al fin y al cabo cuando me quiten un poco de piel de los párpados, me habrán estirado el párpado y amigos blogueros, visto lo visto los estiramientos de piel son muy jodidos. Ejemplo inapelable de esta afirmación es lo ocurrido con Miguel Bosé. A juzgar por las fotografías y los vídeos divulgados en los pasados días, Miguel Bosé se ha pegado un estiramiento de piel de la leche. ¡Vamos, que parece un chaval! Y claro, se ve que al estirar la piel le han producido miopía –casi, casi ceguera me atrevería a aventurar- de tal suerte y manera que al día de hoy “está miope”.

Si no fuese por esa miopía, serían inexplicables las palabras que en defensa del mundialmente conocido actor Güili Toledo pronunció el otro día. Si no fuera porque el estiramiento le debe haber producido una ceguera casi absoluta, sería imposible entender la comparación que hace de la represión del caimán de Cuba y su hermano con la retirada de no sé qué fotografías de una exposición en Valencia.

Por eso amigos blogueros me estoy replanteando seriamente la cuestión de mis párpados. Por eso y porque no sé que otro tipo de efectos secundarios puede tener un estiramiento de ese tipo. No sé si afectará de alguna forma a las neuronas. Lo de Miguel Bosé está claro, pero ¿Moratinos se habrá estirado algo?, porque mira que es difícil alcanzar la doble personalidad de mencionado ministro. Es casi como el Doctor Jekill y Mister Hyde. Cuando está en Cuba, Venezuela o Bolivia es Idiotinos y cuando vuelve a España se convierte en Embustinos. A lo mejor no me opero.

No hay comentarios: