jueves, 20 de enero de 2011

Las neurotrofinas


Desde hace mucho tiempo hay un tema, entre otros muchos, al que le doy vueltas en mi cabeza intentando encontrarle una explicación dado que la que habitualmente se utiliza no termina de convencerme.

Parece amigos blogueros, que el envejecimiento físico de muchos de nuestros altos mandatarios en espacios de tiempo extremadamente cortos es achacable al estrés y la carga enorme de responsabilidades, que les llevan a experimentar en pocos años las transformaciones físicas que el resto de los mortales experimentamos en bastante más tiempo.

Así, a bote pronto, la explicación parece suficiente y razonable aunque a mí no hay quien me quite de la cabeza que existen diferencias muy llamativas entre distintas personas que han asumido en un determinado momento la misma responsabilidad. Claros ejemplos, conocidos por todos, los tenemos en nuestro país en el ámbito de la política. Estaba a punto de utilizar la expresión de “ámbito de lo público”, pero no hubiese identificado adecuadamente a las personas a las que me quiero referir. En el ámbito de lo público ocurre muchas otras veces, que a mayor tiempo de permanencia, se producen variaciones físicas justo en el sentido opuesto de lo que estoy contado. Así por ejemplo, en el ámbito de lo público comprobamos modificaciones del tamaño y la forma de los pechos de alguna pública, variaciones en los morros, las nalgas, los ojos y los pómulos, aunque desgraciadamente nunca asistimos a una mejora de la capacidad intelectual que les permita ofrecernos su telebasura desde el conocimiento y la educación, en vez de hacerlo -como lo hacen a diario- desde la manipulación, la chabacanería y el populismo más demagógico que podamos echarnos a los ojos y los oídos.

No, no me refiero en lo del envejecimiento prematuro a toda esta tropa vividora. Me refiero claramente a nuestros políticos, en los que podemos encontrar enormes diferencias en lo que el tiempo en el cargo les afecta en su apariencia física. Por poner ejemplos que me sirvan para ilustrar mi planteamiento os propongo amigos blogueros que os fijéis en la diferencia enorme que existe entre lo que la Presidencia del Gobierno pudo envejecer a José Mª Aznar –por enésima vez manifiesto que es el mejor presidente de gobierno que ha tenido nuestro país en su historia- y lo que la misma responsabilidad le está propiciando a José Luis Rodríguez Zapatero. Eso sí, comparemos al Aznar que dejaba la Presidencia en el año 2004 con el Zapatero que la va a dejar de un momento a otro.

Pese a la dificultad de los momentos vividos, cuando Aznar terminó su mandato el tiempo no había hecho excesiva mella en él. El Zapatero que hoy vemos, está a poco de parecer el padre del Zapatero que llegó a la Moncloa en aquel triste y aciago mes de Marzo de 2004. ¿Es o no es así amigos blogueros?

Dos Ministros de Fomento, cada uno en su momento. Cascos y Pepiño, Francisco Alvarez Cascos y José Blanco. Cuando Cascos dejó el ministerio –tras una labor encomiable- ¡casi estaba más joven y jovial que antes de asumir aquella responsabilidad!, y sin embargo, Pepiño corre el riesgo de ser confundido en su Lalín con alguno de sus antecesores genealógicos.

¿Verdad amigos blogueros que ahora entendéis mi continua búsqueda de una explicación que vaya más allá del estrés y la responsabilidad?

El otro día, mi querido amigo Santi –posiblemente sin quererlo, sino porque le sale de dentro, como todas las cosas buenas que hace- me iluminó y creo que con su aportación he encontrado la respuesta a mi comecome.

Las neurotrofinas. ¡Ahí está la respuesta! ¿Cómo no caí antes?

A ninguno se nos escapa amigos blogueros que el buen estado físico e intelectual de las personas, su mantenimiento, discurre paralelo al tiempo y el esfuerzo que cada no dedicamos a su adecuado cuidado. El ejercicio físico medido y controlado, la alimentación, las horas de sueño, la higiene corporal y una adecuada actividad intelectual hacen que nuestro aspecto físico y nuestra capacidad intelectual mejoren, se conserven o –en caso de que no les dediquemos la atención necesaria- se deterioren. Es un todo en el que la ausencia de estímulos y mantenimiento físicos afecta a la capacidad intelectual y viceversa, es decir, la ausencia de un mantenimiento del intelecto afecta también al aspecto y la condición física.

La reducción del número de conexiones entre las neuronas, las dentritas, contribuye a ese proceso de deterioro al que me vengo refiriendo. Se atrofian las dentritas igual que se atrofia un músculo por falta de uso.

Pero nuestro organismo tiene articulado para poder alimentarlas –igual que alimenta, también por ejemplo, a un músculo- un sistema que no es otro que producción de ¡neurotrofinas! Este es el alimento que tenemos que conseguir que genere nuestro organismo. La producción de neurotrofinas genera mayores conexiones entre las distintas partes de nuestro cerebro y las neurotrofinas se producen con el uso, con la actividad. Gráficamente, tendríamos que hacer Pilates con nuestras neuronas. Estirarlas, estimularlas, sacarlas de la rutina.

Seguro que técnicamente me he permitido alguna licencia en esta explicación, pero como ya habréis deducido queridos amigos blogueros, llego aquí al punto en el que encuentro la explicación al prematuro envejecimiento de Zapatero, Pepiño y otros personajes más de su séquito. La rutina les hace envejecer.

Claro amigos blogueros, la mentira se ha convertido en rutinaria para ellos. Esa, la rutinaria reiteración en sus mentiras, es la causa de su ajado aspecto. Así de simple.

¿Qué en el PP también los hay que han envejecido y envejecen prematuramente? ¡Por supuesto! El estrés, la enorme carga de responsabilidades, la genética…y en algunos también la rutina.

No sabes querido Santi cuánto estimo tu ayuda y –por descontado- tu amistad.